El 8 de marzo, día de la mujer, los vecinos del barrio de Vicávaro se reunieron en el Espacio de Igualdad Clara Campoamor para iniciar la manifestación que fue recogiendo por las calles a más mujeres que se unían a la causa. Pero no fue la manifestación el único acto a favor de esta jornada, pudimos disfrutar de muchas actividades reivindicativas en las fechas próximas a este día.
Los actos que tuvieron lugar en conmemoración a esta fecha reunieron a un gran número de mujeres que querían reivindicar sus derechos y hacer oír su voz. La reivindicación de los derechos de la mujer tendría que convertirse en una actitud generalizada en el día a día, y no solo una celebración en un día estipulado. Esta fecha es necesaria para la concienciación tanto de las nuevas generaciones como en generaciones adultas.
El día de la mujer, año tras año, aumenta en número de personas que lo celebran, pero aun así no es una fecha considerada necesaria para el 100% de la población. El deber de las personas feministas es transmitir un discurso que consiga abrir los ojos a aquellos que no lo defienden, para que estos sean capaces de intentar concienciar también.
Es importante también tener en cuenta que este día tiene que considerarse un medio, no un fin. Es decir, los actos de manifestación y de defensa de la mujer deben ser el medio para conseguir el objetivo final, que en este caso es erradicar las desigualdades y la presencia en el pensamiento de una superioridad y supremacía del hombre frente a la mujer.
Muchas de las actividades celebradas han tenido la intención de cambiar el modelo tradicional de familia, en el que el hombre es sinónimo de sustentador y la mujer lo es de persona dependiente. Poco a poco este pensamiento se ha ido filtrando para calar de lleno en las generaciones más jóvenes, con la intención de que pasen a ser términos obsoletos, y dando paso a un modelo de sociedad en el que el patriarcado quede en el pensamiento como algo pretérito.