La mujer en la cultura gitana está muy enfocada en la transmisión de valores y costumbres. En una sociedad mayoritariamente dominada por el hombre, las niñas gitanas empiezan rápidamente a colaborar en las tareas domésticas. Más tarde, en el periodo de mujer casadera, consolidarán otras labores como coser, cocinar o limpiar. La mujer gitana no tiene autoridad en comparación con la de su marido. Esta la alcanzarán generalmente al ser abuelas o personas ancianas. La iniciativa irá surgiendo mientras su edad avanza y obtendrá una mayor capacidad de decisión frente a su marido, a sus hijos, o a cualquier hombre.