El conflicto político-bélico entre Rusia y Ucrania se encuentra en su máximo apogeo. Las tensiones entre la nación europea y la república soviética mantienen a la OTAN en estado de alerta. El Presidente Ruso, Vladimir Putin, dio la orden a sus tropas de invadir la región ucraniana.
La aceleración de este conflicto tiene como principal motivo la acusación del Gobierno ucraniano y las milicias separatistas prorrusas apoyados por Moscú de violar el regimen de alto al fuego en el este de Ucrania. A raíz de esto, Rusia ha comenzado la invasión de diferentes puntos estratégicos del país vecino con el principal objetivo de tomar la capital, en la que ya han entrado las tropas rusas.
Vladimir Putin ha justificado la invasión para "garantizar la paz en los territorios" reconociendo la independencia de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. El cruce de fronteras del armamento ruso ha hecho crecer el recelo de Oriente, que por el momento, no ha deparado en una causa mayor, al no pertenecer Ucrania a la OTAN. Aún así, numerosas naciones como EE.UU, Reino Unido y España ya han mandado apoyo armamentístico.
La situación en la capital Ucraniana, Kiev, es de máxima tensión. Más de 100.000 habitantes entre ellos diplomáticos han huido a las zonas más alejadas y próximas a Polonia tras los numerosos bombareos acontecidos en los últimos días. Periodistas y residentes españoles en Kiev, han definido la experiencia como "algo que esperan que no vuelva a ocurrir".
A día de hoy, ¿este conflicto puede expandirse y convertirse en un asunto mundial? Por supuesto. Estados Unidos, de la mano de su Presidente, Joe Biden, se ha pronunciado acerca de este conflicto europeo, acusando al país ruso de “el principio de una invasión rusa” y de “armar una justificación para tomar territorios por la fuerza”.
Además de actuar de forma pronunciada, el Presidente americano ha impuesto cuatro tipos de sanciones a la nación rusa limitando así su movimiento. En primer lugar, ha anunciado el bloqueo completo de dos instituciones financieras rusas. El mandatario estadounidense ha destacado la cooperación con Alemania para asegurar el bloqueo del gasoducto, Nord Strem 2. Estas limitaciones se han sumado a las impuestas el pasado lunes, que trataban la limitación del comercio y financiación estadounidense en las dos zonas reconocidas como propias por Rusia. Lo que pretenden el país norteamericano y sus aliados es limitar cualquier acto y movimiento de Rusia, sobre el que caerán todas las posibles represalias. Ante ello, Vladimir Putín ha declarado que "la nación rusa se encuentra preparada para ser autosuficiente", aunque si las penalizaciones siguen en aumento, veremos hasta donde puede mantener el pulso la república rusa.
Realmente, el conflicto ucraniano-ruso va mucho más allá del área en el que ha tenido lugar. Después de anexionarse Crimea en 2014, Rusia quiere ir más lejos, pero Estados Unidos, y diferentes aliados europeos pertenecientes a la OTAN como Canadá, Reino Unido, Francia, Portugal, Italia, España, entre otros, apoyan al país ucraniano para intentar frenar un enfrentamiento que, en cualquier momento, puede derivar en un conflicto político-bélico.
Las naciones pertenecientes a la OTAN son conscientes de que a día de hoy es Ucrania quien se ve involucrada en el conflicto por términos históricos, pero si Rusia consigue anexionarse la nación con capital en Kiev, ¿quien sabe si el país oriental querrá tomar el control de diferentes puntos estratégicos en el continente europeo? El conflicto va mucho más allá de lo mostrado hasta el momento y los respaldos de Serbia, Bielorrusia, China, a pesar de las críticas, entre otros son, son una realidad que pondrían en en jaque una III Guerra Mundial.
¿Es que no han sido suficientes los numerosos conflictos bélicos acontecidos en el siglo XX para que las naciones aprendan?
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