Sergio conoció a su novia en Tinder. La iniciativa surgió un día de cañas con un amigo. Al quejarse de lo solo que estaba y lo poco que le apetecía salir para conocer a alguna chica, este lo invitó a hacerse un perfil en la aplicación para ligar. Sin embargo, Sergio lo rechazó, aunque no llegó a cerrarle la puerta a aquella posibilidad. Así pues, su amigo decidió tomar la iniciativa e instalársela. Allí realizó lo que él denomina “pesca de arrastre”, que consiste en aceptar a todas las chicas que aparecen en pantalla. Cuando empezó a hablar con Bea, su actual novia, decidió comenzar haciéndole reír con un chiste malo, y así, a través del humor, es como surgió el amor.