Encontrar una vacuna para el COVID-19 se ha convertido en un objetivo primordial para la mayoría de países. Desde que se ha sabido de su existencia y peligro, las principales potencias económicas se han lanzado en una carrera por conseguir la patente de una vacuna que les haga billonarios, y de paso también que sirva para curar la vida de miles de personas. El coronavirus se ha convertido en un fantasma invisible que ha puesto de rodillas al sistema capitalista.