Los campos de futbol, las pistas de atletismo y la piscina olímpica están abarrotados en plena tarde de invierno en el polideportivo Prado Santo Domingo. La hora punta es de seis a siete. Niños ataviados con sus equipaciones, botas de fútbol , grandes bolsas de deporte a la espalda y padres sentados en las gradas pendientes de cómo sus hijos juegan, nadan o corren son la estampa habitual que se puede observar por esas horas en el polideportivo.