Tardarán en apaciguarse las ondas generadas por la matanza en el semanario Charlie Hebdo el pasado 7 de enero. Al igual que ha pasado en Nueva York, o en Madrid, o en cualquier lugar golpeado por la sinrazón y la barbarie, existirá un hito, un antes y un después que quedará marcado a fuego en la memoria colectiva de los franceses y de toda la vieja Europa.