Este año, las concentraciones en recuerdo del 15M han sumado un nuevo elemento más de protesta. Las organizaciones políticas de la izquierda se han enfocado más en una protesta con mirada a lo internacional, puesto que pusieron el grito en el cielo por Colombia y, sobre todo, por Palestina.
El 15-M se ha situado al margen de las organizaciones políticas. Pero más allá de situarse al margen, la vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz, tras la metafórica dimisión de Pablo Iglesias, arrancó su discurso en la primera reunión del grupo parlamentario con un “Hace 10 años del 15-M”, para pedir a los diputados del grupo general, repensar mirando nuestros orígenes y “abrirnos a la sociedad y dialogar con ella”, de esta forma quería abogar por “recordar aquel momento de dignidad” cuando la sociedad recuperó la política en el sentido más noble y digno. La política, “es la herramienta de los pueblos, para lograr transformaciones en sentido democrático y hoy, como hace 10 años, nunca debemos olvidarlo”.
Indudablemente, todos los movimientos de protesta surgidos entonces tenían un carácter no solo nacional sino también internacional. Este aspecto vuelve a la actualidad con el tema siempre candente del conflicto Israel-Palestina, siendo evidente que la parte débil son los ciudadanos palestinos, sin posibilidad alguna en esta lucha de David contra Goliat.