En un mundo capitalista en donde ganar dinero con el azar ha pasado a ser el “modus operandi” de muchos actores de nuestra sociedad. Instituciones, medios de comunicación, deportistas de élite todos ellos al servicio de las casas de apuestas y de su incesante bombardeo publicitario. Y es ahí donde conviene detenerse, en la publicidad. En el reclamo obscenamente lucrativo de las altas esferas de la sociedad que pagan los ciudadanos más desfavorecidos enganchados a la heroína deportiva.