Pedro Satústegui
Los efectos de la pandemia de la Covid–19 comienzan a hacer mella en África. El continente suma ya más de 32.000 infectados y 1.400 fallecidos. Según la Unión Africana, los países con mayor número de contagios serían Egipto, Sudáfrica, Marruecos y Argelia. No obstante, estos datos deben ser puestos en cuarentena, pues muchas regiones carecen de infraestructuras que aseguren su fiabilidad.
Para evitar la propagación del coronavirus, algunos Estados han optado por implantar estrictas medidas de distanciamiento social. Es el caso de Camerún, donde el pasado 23 de abril la policía dispersaba a los fielesque se habían concentrado para rezar en trece mezquitas. Miembros de la comunidad musulmana contravinieron la cuarentena impuesta por el Gobierno, acudiendo a los recintos sagrados que algunos imames del país decidieron abrir para celebrar el Ramadán.
En Nigeria, otro de los Estados con mayores tasas de contagio por Covid–19, los gobernadores de sus 36 estados ya habían recomendado en marzo evitar las reuniones religiosas, una medida que fue apoyada por la iglesia católica nigeriana, cuya fe profesa el 42% de la población del país. La semana pasada, estas mismas autoridades, anunciaron un acuerdo para prohibir los viajes entre las distintas regiones del país.
Sin embargo, no siempre los Gobiernos cuentan con líderes responsables. El presidente de Tanzania, John Magufuli, ha sido duramente criticado por poner en peligro la vida de los feligreses cristianos, alentándoles a seguir reuniéndose y rezar en las iglesias, pues “son los lugares donde se encuentra la verdadera sanación”.