Teresa Moreno Machado
La Fundación MUSOL (Municipalistas por la Solidaridad y el Fortalecimiento Institucional) es una de esas ONGDs que lucha para paliar esta situación tan rudimentaria que viven los países tercer mundistas. Según declara el director del área de proyectos de Fundación MUSOL, Francesco Fillipi: “MUSOL es una fundación española (…) que tiene como objetivo el apoyo a las municipalidades y a los entes locales y regionales en América Latina y en África. En estos años hemos ido diversificando nuestra acción. Trabajamos tanto en Guatemala como en Bolivia y Senegal. En todo lo que hacemos de forma directa o como enfoque transversal, trabajamos el fortalecimiento institucional de los entes locales y regionales, que como sabemos prestan mucho de los servicios que los ciudadanos sufrimos, usamos en nuestro día a día”.
Proyecto en Bolivia
Uno de los últimos proyectos que se encuentran ejecutando es en Bolivia, en la Cordillera Tunari, en el municipio de Cochabamba, donde se está contribuyendo al desarrollo rural mejorando las condiciones socioeconómicas y de seguridad alimentaria, de las comunidades indígenas de Chapisirca, en plena cordillera.
Según explica Mª Paz Vergel, técnico de Proyectos y Delegada de MUSOL e Extremadura: “En Bolivia se lleva trabajando desde hace bastante tiempo, principalmente en la zona de Cordillera Tunari, en la municipalidad de Tiquipaya. En estos momentos, se encuentran finalizando un proyecto cuyos resultados han sido mejorar el acceso a regadíos de terrenos agrícolas, en una zona donde era imposible gestionarlo, si no fuera, por la intervención de cooperación, que ha permitido integrar sistemas de riego en las zonas afectadas, para que los cultivos tengan acceso al agua con todo lo que conlleva. Los métodos y técnicas de producción, tanto agrícolas como agropecuarias se han visto reforzadas, así como, el fortalecimiento de las organizaciones sindicales de las comunidades campesinas quechuas”. Con ello se pretende mejorar el derecho humano a la alimentación por parte de las familias indígenas quechuas en la zona, ya que los índices de desnutrición infantil eran bastante elevados y la situación económica de las familias era de pobreza o extrema pobreza.
Y es precisamente este uno de los valores que promueve la fundación: garantizar el acceso a los servicios más básicos. MUSOL considera que la clave para que esto se empiece a implementar en los habitantes de los países, desde que son pequeños, reside en la Educación para el Desarrollo, con lo que se genera una conciencia crítica y solidaria en busca de la transformación social. Raúl Sanchis, periodista y responsable de comunicación de MUSOL, expresa que “en Educación para el Desarrollo se trabaja para lograr la sensibilización y concienciación de la población española sobre las temáticas del desarrollo sostenible, a través de proyectos que pretenden integrar esta temáticas en ámbitos y espacios educativos formales e informales consiguiendo generar información, formación y acción como resultado de las acciones llevadas a cabo”.
Sin salir de Extremadura, nos indica Mª Paz, que es igual de reconfortante tanto personal como profesionalmente, el trabajo ejecutado en Educación para el Desarrollo, llegar a las personas beneficiarias en un proyecto de cooperación es básico: “el objetivo es mejorar la vida de esas personas, pero es más difícil, visto desde otro punto de vista, tratar de generar conciencia crítica en las personas de nuestro entorno sobre las desigualdades y situaciones de injusticias actuales, ya que olvidamos el concepto de interdependencia que nos hace responsable de muchas de esas situaciones tan injustas en otras partes del planeta”.
Integración de la Educación
Para integrar la Educación para el desarrollo en el ámbito educativo se necesita que los responsables tanto políticos como técnicos de las escuelas de adultos, de los centros educativos, de los programas de aprendizaje a lo largo de la vida…tengan información y sensibilización sobre todas las temáticas del desarrollo humano sostenible. “También falta formación de los docentes en estas materias que le son desconocidas, bien por la falta de información o formación o bien porque tampoco cuentan con materiales pedagógicos para poder trabajarla en aula y fuera de ella” expone Antonio Pérez, Técnico de Proyectos y Delegado de la Comunidad Valenciana.
Las actividades extraescolares que se desarrollan se imparten tanto en primaria como en secundaria. Son actividades formativas complementarias a la formación que ya se recibe en los centros educativos, con un carácter más de ocio, aprendizaje y entretenimiento que permite a los alumnos, desarrollarse en un ambiente más lúdico pero de aprendizaje constante. En este tipo de actividades se emplean los hermanamientos, que son pequeños proyectos que pretenden integrar los principios de la educación para el desarrollo, para darles otro valor más personal, colectivo y participativo y favorezca el conocimiento e intercambio con otras realidades, fomentando el desarrollo humano y el respeto a los derechos humanos.
Pese a que MUSOL hace todo lo posible para concienciar sobre la gravedad del problema resulta, cada vez más complicado, concienciar al ser humano en cuestiones que parecen lejanas, incomprensibles y dramáticas. “Las trabas con las que nos encontramos, algunas veces vienen de los financiadores con los que trabajamos, el exceso de burocracia, el afán de protagonismo y la falta de coherencias en políticas y estrategias, y otras las situaciones políticas y sociales a las que hacer frente a través de la cooperación cuando los gobiernos de los países no llegan o prácticamente tienen olvidadas tantas problemáticas” manifiesta Mª Paz.