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Los grandes olvidados

Reportaje
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Los ancianos suponen casi dos tercios de los fallecidos por Coronavirus / Fuente: rawpixel.com
El caos producido por la llegada del coronavirus a España ha supuesto el reclutamiento de todos los ciudadanos en sus casas y ha puesto el punto de mira en el grupo de mayor riesgo, la tercera edad. Sin embargo, existe un grupo de mayor riesgo aún, se trata de aquellos ancianos que ni pueden recluirse solos en su casa ni ser ingresados en los hospitales: son los ancianos que viven en residencias.

La amenaza del COVID-19 es algo muy real, está afectando a una gran parte de la población. Si echamos la vista atrás, cuando aún era Navidad y veíamos en la lejanía un virus creciente, en Wuhan, pensábamos que esta enfermedad no llegaría hasta nosotros. Sin embargo, el virus ha llegado para quedarse.

En China, como todos hemos podido escuchar, el coronavirus apareció en los mercados del centro de la ciudad de Wuhan, procedente, supuestamente, de un patógeno que se encuentra en animales exóticos, por ejemplo, especies de fauna salvaje o aves. En cambio, varios laboratorios no establecen el mercado como epicentro del contagio ya que la primera persona en mostrar síntomas no tenía ninguna relación con este. Aun así, casi dos tercios de la población infectada en esa provincia mantenía una relación directa con el mercado.

Como era de esperar en situaciones límite, la población ha empezado a desvariar y a crear conspiraciones macabras sobre la propagación e incluso la posible creación del virus. Sin embargo, el COVID – 19 que asola Europa y previamente el continente asiático es una variante del conocido virus del SARS de 2003 que producía, en los casos más graves, neumonías severas que en pacientes de edad avanzada podía llegar a suponer la muerte.

Italia actualmente es el país con mayor castigo por parte del COVID-19, cuenta con más de trece mil muertos y la zona más afectada es, sin ninguna duda, el norte del país, con más del 50% de los casos localizados. Italia decretó hace una semana el cierre total de cualquier actividad no esencial, según declaró el Primer Ministro Conte. Estos días son sin lugar a duda decisivos para contener la pandemia. 

 

 

En España, el virus ha llegado para no irse en por lo menos varias semanas. La llegada del coronavirus es bastante difusa. Existen diversas hipótesis sobre cuál pudo ser la causa principal que llevó a la extensión del virus por toda España. El viaje de aficionados del Valencia C.F. al norte de Italia -epicentro de la pandemia en el país- o la llegada de turistas chinos con motivo de la celebración del año nuevo chino son dos de las ideas que se barajan como origen del virus en el país. 

El comienzo de la propagación del virus está siendo controvertido dado que los partidos de la oposición culpan como principal causante de la expansión a las manifestaciones que se llevaron a cabo el día 8 de marzo con motivo del Día de la Mujer. Sin embargo, ese mismo fin de semana, también se celebró un mitin político en el Palacio de Vistalegre por parte de Vox, se disputaron los partidos correspondientes a la jornada número 27 de La Liga Santander y se llevaron a cabo las primeras mascletás en Valencia. 

La epidemia en España ha castigado a dos comunidades por encima de todas, en primer lugar Cataluña con focos localizados en Barcelona (más de 20.000 a día 2 de abril) y la Comunidad de Madrid que actualmente cuenta con algo más de treinta mil contagiados. 

Los hospitales de la comunidad están desbordados. La UME (Unidad Militar de Emergencia) ha tenido que habilitar hospitales de campaña por toda la comunidad, como el situado en la Feria de Madrid que cuenta con capacidad para 1500 UCIs. 

Varios hospitales, sobre todo, del sur y del centro de Madrid no cuentan con suficientes camas para solventar el problema. La Comunidad de Madrid tiene un total de 4500 camas de cuidados intensivos, pero no son suficientes para todos los contagiados. Por ello, los grupos de mayor riesgo como los ancianos no tienen otra opción que quedarse en sus hogares o, si se alojan en residencias, quedarse aislados en sus habitaciones. 

Pero, ¿qué ocurre cuando surge un foco de contagio dentro de una de esas residencias? En estos casos, gran parte del personal permanece aislado dentro del recinto y las personas dependientes quedan recluidas y, lo que es peor, con una alta probabilidad de acabar contagiados. 

La propagación del virus en las residencias es uno de los grandes peligros a los que nos enfrentamos. Ejemplos localizados como el de una residencia de Leganés en la que han fallecido hasta 40 ancianos u otra en Las Rozas en la que han fallecido hasta 50 personas durante el mes de marzo deben servir para tomar conciencia y empezar a actuar ya.

"Somos los grandes olvidados"

Tras más de dos semanas de confinamiento en España y más de tres meses desde que se conoció el primer caso de coronavirus en China, algo está claro, dos tercios del total de fallecidos tenían 80 años o más y sumado a la alta tasa de contagio de este virus, supone que hospitales y residencias de ancianos estén al borde del colapso. 

Muchas residencias de toda España han tomado la decisión de cerrar sus puertas y confinarse en el interior de sus instalaciones con el fin último de proteger a los más mayores. Sin embargo, tanto esta como otras medidas que se están llevando a cabo resultan insuficientes y, en muchos casos, llegan muy tarde.

Hemos tenido la posibilidad de hablar con Susana Caumel González, trabajadora en el Centro Residencial Sanitas en la localidad madrileña de Getafe. Este centro se ubica en una de las zonas más afectadas de la Comunidad de Madrid, el sur. Allí, miles de ancianos residen en estos centros dada la necesidad de estar constantemente atendidos. Sin embargo, ante esta inesperada situación tanto los trabajadores como, sobre todo, los residentes, se sienten desatendidos por las instituciones públicas. 

“Somos los grandes olvidados y las carencias que tenemos durante todo el año, sobre todo en personal, ahora son más latentes con todo lo que está pasando”. En apenas un mes, en su centro han fallecido 21 residentes y actualmente cuentan con tres positivos y otros ocho se encuentran aislados en sus habitaciones como posibles casos de COVID – 19.

Estos datos reflejan que las medidas no son suficientes. No solo está afectando a las personas mayores, los trabajadores de estas residencias también se ven perjudicados por la situación. Susana nos cuenta que, de momento, son siete las compañeras suyas que deben permanecer aisladas en sus casas como posibles portadoras del coronavirus.

Cuando aparecen los primeros síntomas en uno de sus residentes, el protocolo está claro: se le aísla en su habitación, se indica en la puerta que en el interior hay un posible caso de COVID – 19 y serán solo dos las trabajadoras que se encarguen de atenderle durante todo el día. Se utilizan cubiertos desechables y la ropa utilizada se lava aparte.

“En nuestro centro tenemos equipos de protección individual, así que en mi residencia estamos cubiertos” nos cuenta Susana. Sin embargo, deja claro que su residencia es una de las pocas con material: “Me consta que en otras residencias no tienen material para evitar contagios”.

Sin embargo, el número de afectados y fallecidos no es solo a causa de este nuevo virus que ha llegado hasta nosotros. La falta de atención dedicada a las residencias de mayores viene de atrás. Se sienten olvidados y en el Centro Residencial Sanitas de Getafe, por desgracia, no iba a ser menos.

“Siempre hemos estado desatendidos en cuanto a recursos y personal”

Las medidas que se han tomado con respecto a las residencias no han sido suficientes y han llegado tarde. Poco después de que el virus se adentrara en España, este centro comenzaba a sufrir las consecuencias con los primeros contagios. No debería de haber sido tan fácil para el virus adentrarse en este tipo de centros, ya que una vez dentro su propagación es prácticamente inevitable. 

El sábado 21 de marzo el Gobierno dispuso que la UME pudiera intervenir en las residencias. Carmen López, presidenta de la Asociación Pro Defensa de los Mayores, explica que esto no es suficiente ya que la UME “desinfecta los espacios exteriores, pero las trabajadoras y trabajadores entran y salen en varios turnos diarios: van en transporte público, caminan por la calle, van al supermercado”.

El coronavirus, además de cobrarse vidas, está destapando la dejadez institucional que hay con respecto a residencias como la de Getafe. “Hay un abandono total por parte de las instituciones que las han relegado a un último plano y ahora estamos viendo pues, de aquellos barros, estos lodos” cuenta Carmen. La insuficiencia de personal, la falta de recursos y la exigencia de rapidez a la hora de asistir a los residentes desembocan en una falta de atención y cuidados en los ancianos, además de estrés y frustración en las trabajadoras – en su mayoría mujeres – que no pueden desempeñar su trabajo con eficacia: “cada persona requiere su tiempo, ni somos máquinas ni ellos objetos” denuncia Susana. 

En las residencias se encuentra el principal grupo de riesgo ante el nuevo virus, por lo que deberían ser, junto a los hospitales, el principal foco de atención de las instituciones. Durante estas semanas los hospitales han obtenido numerosas donaciones de material, más personal sanitario y han recibido el apoyo de todos los ciudadanos – todo esto merecido – pero, como siempre, las residencias han quedado en un segundo plano a pesar de estar desbordadas. En el Centro Residencial Sanitas “siempre hemos estado desatendidos en cuanto a recursos y personal”, afirma Susana.

El abandono institucional que está viviendo este centro queda plasmado en las funciones que están realizando las trabajadoras: “Estamos haciendo labores paliativas, forenses y funerarias, labores que no nos competen” cuenta Susana. Desde la inyección de mórficos a introducir los cadáveres en bolsas para la funeraria, las trabajadoras se ven obligadas a realizar funciones que no solo no deberían realizar sino que las colocan en una situación de riesgo.

Esta crisis sanitaria está dejando entrever las consecuencias de una situación de falta de recursos y personal que lleva años siendo denunciada por las trabajadoras e ignorada por la administración. Susana explica que cuando hay un posible positivo no les permiten mandarle al hospital, “nos los devuelven para morir en la residencia”. Lejos de ayudar al centro, las instituciones se han lavado las manos y les están dejando lidiar solos con el problema. Parece que con los hospitales desbordados se juega al descarte con los contagiados y unas vidas pasan a valer más que otras.

"Son viejos y ya no hace falta gastar dinero en ellos"

Siempre se ha tratado a la muerte de despiadada, vil y deshumanizada. Quizás lo podamos comprobar con las palabras que le transmitían a Susana desde las instituciones. – Son deshechos. No hay que gastar dinero en ellos, son viejos. – Un relato muy frío y desalentador. 

Sin embargo, todos somos conscientes de que los recursos son limitados y el verdadero problema reside en cómo distribuyes tus capacidades. España es el que menos invierte en sanidad de las grandes potencias europeas, también es el que cosecha peores datos en evolución del gasto en sanidad con respecto al PIB. Es el cuarto por la cola que más ha recortado en sanidad, solo por delante de Grecia, Islandia y Portugal. 

Siempre hemos tenido una concepción muy alta de la sanidad de nuestro país y sus profesionales, pero lo cierto es que sin medios es difícil derrotar el virus. Por hacer un símil deportivo, es como si fuésemos un espectacular tenista que va a jugar el partido más importante hasta la fecha, sin raqueta.

Los medios de comunicación juegan un papel crucial en esta crisis contra el coronavirus. Tienen la labor de informar, alertar, concienciar e incluso entretener a la población en este periodo de confinamiento. Caumel con respecto a la labor de los medios añadía que "no están siendo justos con las residencias. Nos sitúan en el ojo del huracán." Desde el sector consideran que no pueden hacer más con los recursos de los que disponen

"Nosotros trabajamos todo el año y parece que no se valora" decía nuestra protagonista. Está claro que las residencias son un principal foco de contagio y de muertes por el virus. Esto, sumado a la narrativa derrotista y del miedo que difunden ciertos medios de comunicación colocan a las residencias en tela de juicio. Pero precisamente el riesgo que conlleva bergar y cuidar a la población de riesgo hacen vital  respaldo y apoyo de las residencias por parte de todos para que dejen de ser LOS OLVIDADOS.

 

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