Viola cazorlensis se encuentra actualmente protegida a nivel europeo, nacional y regional. Esto se debe a que presenta poblaciones pequeñas y fragmentadas que pueden llevar a una pérdida de diversidad genética. Por tanto, esto provocaría una reducción o desaparición de las poblaciones.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Murcia y la Universidad de Almería observó la variabilidad genética sobre siete poblaciones de Viola cazorlensis. Estas se encontraban distribuidas en el sur peninsular con el fin de obtener la información necesaria para tomar las medidas de conservación correspondientes para la especie.
Viola cazorlensis. Foto: José Antonio López Espinosa
Los valores genéticos
Las conclusiones de este estudio han sido muy diferentes a las esperadas. Por un lado, se ha observado que las poblaciones no están genéticamente empobrecidas y, por tanto, tienen una diversidad genética mayor de la que cabría esperar. La explicación a estos niveles moderados podría ser que las poblaciones fragmentadas de esta planta no hayan tenido tiempo suficiente para diferenciarse.
Por otro lado, en cuanto a la estructura genética de Viola cazorlensis, según los análisis realizados, no existe un patrón geográfico. La mayoría de los resultados muestran solo una ligera diferencia entre las poblaciones y señalan que solo dos de ellas están más desviadas, quizás como consecuencia de su menor diversidad genética. Según el estudio previo de Herrera y Bazaga (2008), todas estas poblaciones se comportarían como un continuo y estarían sujetas a un importante flujo de genes.
Por último, se observó que las especies de Viola cazorlensis con reproducción cruzada presentan niveles más altos de variabilidad genética en comparación con aquellas poblaciones que se caracterizan por una frecuente autofecundación. Se ha deducido que los altos niveles de diferenciación genética se deberían a la esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum). Se trata de una especie con capacidad de polinización a larga distancia que puede ser importante para mantener el flujo genético. Además, ayuda a conservar los niveles de diversidad genética intrapoblacional y favorece la ausencia de estructura geográfica en las poblaciones.
Un colibrí esfinge polinizando. Foto: Gustavo Bravo
Conservación de la especie
Aún se conserva el 86,4% de la variación genética total dentro de las poblaciones. Con el objetivo de conservar la Viola cazorlensis es imprescindible mantener el área de distribución de esta especie y su tamaño poblacional. De manera que, si una población pierde miembros, la reintroducción de los individuos de poblaciones cercanas podrían mantener su viabilidad.