Nerea Martínez Sinue nació el 21 de agosto de 2011 en Pamplona y sufre un retraso motriz e intelectual producido por una alteración del cromosoma 7. Su caso es único en España y por eso los actores de televisión decidieron celebrar un mercadillo benéfico organizado por el actor Jesús Olmedo, que lleva el nombre de la pequeña. El Rastrillo por Nerea se celebró el 5 de febrero en el Paseo de Pintor Rosales 76 de Madrid.
Los actores donaron ropa de segunda mano y artículos personales o de sus rodajes para recaudar dinero para la investigación de la enfermedad de Nerea. La cita, que en principio estaba destinada a recaudar fondos por Nerea, pronto se convirtió en una fiesta privada para famosos con photocall incluido. La hora en la que se organizó el acto, así como el lugar, un bar, no es adecuado para la protagonista del evento, una niña de tan sólo 18 meses que estuvo presente en todo momento. Tampoco lo fue para la hermana mayor de Nerea, Oihane, de tres años, que en el rastrillo comprendía a la perfección que su hermana necesitaba toda la atención de sus padres.
Asimismo, el espacio destinado a la obra benéfica era muy reducido en comparación con la zona dedicada a los famosos. No es comprensible que se pretenda ayudar a una niña cuando apenas el público tuvo tiempo ni espacio para comprar los artículos. No se pronosticaron las personas que acudirían y el control del aforo no era riguroso.
Los medios de comunicación tuvieron el tiempo necesario para fotografiar a los famosos mientras posaban con Nerea y los artículos que habían donado. Interesante noticia ver que los medios de prensa rosa acudiesen a cubrir una causa benéfica y no las noticias poco agradables o morbosas a las que nos tienen acostumbrados. La presencia de la prensa permitió que la causa se difundiera de forma más rápida y que llegase a un mayor número de personas.
Daniel Muriel, Jordi Rebellón y David Andrade volcados con la causa
Determinadas personalidades famosas no dedicaron mucho tiempo a la pequeña. Éstos aprovecharon la oportunidad para aparentar su solidaridad. Esto es una forma más de reflejar un mundo frívolo marcado por los flashes. Muchos personajes se marcharon sin a penas ser vistos por el público, aunque sí por los periodistas.No obstante, todos los famosos no están cortados por un mismo patrón.
Daniel Muriel estuvo muy atento en su faceta de vendedor de ropa de segunda mano. Jordi Rebellón fue uno de los que más animó al público a comprar cualquier artículo que pudiera ayudar a Nerea. “Vamos, vamos que me lo quitan de las manos”, decía. David Andrade fue uno de los más atentos con el público, encargado de ponerles en contacto con los actores. Además, se encargó de repartir papeles con la cuenta bancaria de Nerea en la Caja Rural de Navarra.
En la puerta, se congregaban en torno a unas 60 personas, la mayoría jóvenes para conseguir una fotografía con sus actores favoritos. Aunque muchos anónimos sí han prestado su ayuda y colaboración. El público simulaba un escaparate de una tienda: por un lado, los famosos con los periodistas y fotógrafos que buscaban hacerse un hueco para cubrir el acto y, por otro, los asistentes, que enloquecidos buscaban a los famosos. A éstos no les importaba la causa que allí les congregaba, sino que hicieron protagonistas a los actores.
En definitiva, aunque la inicitiva era buena, la impresión final fue que el objetivo que allí les reunía se dejaba en un segundo plano. Sin embargo, este acto se tiene que recordar porque es un ejemplo de solidaridad y puede servir para que se investiguen enfermedades similares y se tenga constancia de ellas.