Hace pocos días salían en las noticias las imágenes de una integrante de este grupo feminista abalanzándose contra el Ministro de Interior Fernández Díaz con la frase “violador de libertades” en su torso. Al grito de “democracia sin mordaza”, protestaba por la polémica Ley de Seguridad Ciudadana. Antes ya se habían hecho conocidas a través de los medios de comunicación, por irrumpir en el Congreso de los Diputados para defender el derecho al aborto o por encadenarse a un crucifijo en la Catedral de la Almudena.
Sus acciones son polémicas, ellas muestran su cuerpo en señal de protesta, una forma de reivindicar los derechos de las mujeres que ha revolucionado el mundo del activismo. En su página web definen su conducta como “sextremism” explicando que “el cuerpo desnudo de una activista es el odio no disimulado hacia el orden patriarcal y la nueva estética de la revolución de las mujeres”. Un ideario importado desde Ucrania, país en el que Anna Hutsol creó Femen porque se dio cuenta de que existía un vacio de mujeres activistas en la sociedad, “Ucrania está orientada a los hombres y las mujeres toman un rol pasivo".
Femen pone de nuevo en el punto de mira político el cuerpo como elemento de defensa y de ataque
Pero Empar Pineda, fundadora de la Comisión pro Derecho al Aborto de Madrid y del colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid, no está segura de que la estrategia de Femen sea un buen método para defender la igualdad y los derechos de las mujeres en España “creo que Femen hizo un buen papel en los países con mucha represión. Pero en países como el nuestro, en donde salir enseñado el pecho no está mal visto y donde tampoco está penalizado, es un escándalo y está fuera de lugar. Aquí no tiene sentido porque por mucho que la policía las detengan no arriesgan nada”. Además ¿mostrando el pecho en sus protestas no están dando la razón a aquellos que ven a las mujeres como objetos? Lara Alcázar cree que no, “la diferencia radica en que escoges cuándo enseñar tu cuerpo para molestar. Tengo el control sobre él y lo muestro como pancarta”.
Han sido tachadas de provocadoras, la diputada del PP Ana Belén Vázquez Blanco dice de ellas que sus protestas son "repugnantes", "patéticas" y actos de "fanatismo". Es más, Empar Pineda también explica que Femen “es un movimiento muy individualista, no se han puesto en contacto con las demás asociaciones feministas que luchamos por los mismos derechos”.
Puede que sean individualistas y que no gusten a todos, son feministas, polémicas, radicales, hacen ruido. Son acción y según la cabecilla de Femen España, aportan algo nuevo “las feministas nos hemos sentado en conferencias y debates, pero hemos ido perdiendo la calle. Femen pone de nuevo en el punto de mira político el cuerpo como elemento de defensa y de ataque”