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El mundo del deporte en cuarentena

Reportaje
Deportes
Un hombre con una mascarilla, debido al coronavirus, en un acto de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. (Fuente: 20 Minutos)
¿A qué sector no ha afectado el coronavirus? Hoy en día prácticamente a casi ninguno, y el deportivo no iba a ser menos. Cancelaciones de eventos, perdidas personales, económicas o publicitarias son solo algunos ejemplos de lo que la terrible gripe nos ha robado. Dentro del mundo deportivo ninguna actividad se ha podido resistir a las consecuencias del virus.

Los efectos del coronavirus están siendo, sin duda alguna, devastadores en todos los ámbitos de nuestras vidas. Multitud de personas en todo el mundo están sufriendo lo que para muchos es considerada la peor crisis sanitaria y económica de la historia moderna. Y el deporte no se iba a quedar atrás, ni mucho menos.

Tras el estallido de la pandemia de COVID-19 hace unas semanas, no ha faltado la polémica en torno al mundo del deporte. La posibilidad de paralizar las ingentes cantidades de dinero que mueven las competiciones de élite no ha sentado bien a todos los dirigentes. El propio presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, tardó hasta 48 horas en aceptar la suspensión de los Juegos Olímpicos, tras estirar el chicle a más no poder.

Tomas Bach, presidente del COI. Fuente: EFE

FUENTE: EFE  

Tampoco algunos seguidores se han mostrado especialmente contentos ante las medidas tomadas de paralizar prácticamente todo el deporte a nivel mundial, porque ¿cómo van a soportar estas semanas de cuarentena sin apoyar a su equipo o deportista favorito?

Por suerte, finalmente ha reinado el sentido común, y la comunidad internacional ha terminado entendiendo que ninguna vida, ni de los deportistas ni de los aficionados, está por encima de los intereses económicos que arrastra el deporte.

Ninguna disciplina deportiva de ningún país ha quedado ajena a las consecuencias del coronavirus. Multitud de competiciones locales, nacionales e internacionales se han visto afectadas, o bien suspendidas, o bien pospuestas.

En la infografía podemos ver los diferentes sucesos que han ido ocurriendo durante el mes de marzo en el mundo del deporte.

Sin el deporte rey

Como no podía ser de otra manera, el fútbol ha sucumbido ante la letalidad y el alto nivel de contagio de la COVID-19, por mucho que todos los altos cargos del fútbol, tanto a nivel nacional como europeo, hayan intentado retrasarlo lo máximo posible. Este retraso, que pretendía evitar lo que supone algo completamente nuevo y desconocido para nuestra sociedad (la paralización completa y absoluta del deporte más seguido en el continente europeo y el que más dinero mueve), ha terminado perjudicando a las propias personas involucradas en él. 

Respecto al fútbol europeo, la esperanza de la UEFA de no tener que suspender los partidos ha supuesto más un movimiento desesperado, guiado por no ver en riesgo sus miles de millones invertidos, que algo verdaderamente lógico. Las decisiones se tomaron tarde, mal y de forma incomprensible: no se suspendieron encuentros hasta que fue demasiado tarde, no permitieron a los jugadores saludarse al comienzo de los partidos, pero sí a millares de aficionados animar abrazados desde las gradas, y autorizaron el desplazamiento de miles de hinchas de equipos visitantes a países que eran ya un foco de la pandemia.

 

Destaca principalmente el caso del Atalanta – Valencia, partido que se disputó en el norte de Italia el pasado 19 de febrero. En aquel momento, Italia ya era el centro neurálgico del coronavirus en Europa, mientras que en España estaba empezando a aparecer en turistas. Ese día, más de 45.000 seguidores del Atalanta (equipo que por primera vez en su historia disputaba la fase de octavos de la Champions) se juntaron en San Siro para asistir a la contundente goleada de su equipo al conjunto che. Los valencianistas, como es obvio, no viajaron solos, sino que les acompañaron más de 2.500 aficionados, los cuales terminaron siendo los que introdujeron el virus de forma masiva en nuestro país. Según palabras de Walter Ricciardi, representante de la Organización Mundial de la Salud, ese encuentro fue un acelerador de la propagación del virus, considerándolo la clave de la expansión en ambos países, y llegando a denominar el encuentro como una “bomba biológica”.

 

También es importante el caso del, hasta ahora el último partido disputado en una competición europea, Liverpool – Atlético de Madrid. Más de dos mil aficionados rojiblancos asistieron a Anfield, siendo ya la capital española una de las ciudades más afectadas por el virus (y estando ya todos los centros educativos de la misma completamente vacíos). Si bien los contagios en la ciudad no subieron lo suficiente como para culpar a este viaje de ser un catalizador del virus, sí hay autoridades británicas, como es el caso del Alcalde de Liverpool, que consideró “poco inteligente que se permitiera a los aficionados atléticos viajar a Anfield”.

 

Tanto si fue clave como si no, lo que está claro es que la UEFA, como tantos otros órganos de Gobierno a nivel mundial, actuó tarde y sin tener en cuenta lo más básico: la salud de la gente. A día de hoy, todas las competiciones están suspendidas de forma indefinida, los campos continúan vacíos y las incógnitas no paran de crecer: ¿qué pasará con la Champions y la Europa League?, ¿cómo se va a compensar a los patrocinadores y a las televisiones?, ¿partidos a puerta cerrada o con público?

 

Estas mismas dudas son aplicables al panorama español, aún más envuelto en polémica y en más sombras que luces, como es común siempre que la Federación de Rubiales y la Liga de Tebas tienen que llegar a acuerdos. Dar más importancia al dinero que a la salud, repartir cientos de tests entre las plantillas de la Liga que no mostraban síntomas mientras la Sanidad española se mostraba desbordada y sin poder cubrir las necesidades más básicas de los pacientes, o dedicarse insultos e indirectas cada vez que comparecen en los medios, son un buen resumen de lo que los máximos dirigentes del fútbol español han hecho estas últimas semanas.

 

Rubiales, presidente de RFEF. Fuente: Televisión de Melilla

 

FUENTE: EFE

 

Mientras tanto, los clubes mantienen a sus jugadores entrenando en sus casas, planteándose cómo van a hacer frente a las multimillonarias fichas de sus estrellas habiendo perdido quién sabe cuánto de sus ingresos anuales mientras las competiciones están paradas. Son ya varias las plantillas a las que se les ha propuesto una bajada considerable del sueldo y algunas como la del FC Barcelona ya las han rechazado, según anunció Marca.

 

Las incógnitas en este caso son aún mayores, y aplicables a todas las ligas nacionales: ¿quién gana? (cuestión especialmente curiosa en el fútbol británico, con un Liverpool que estaba a apenas dos victorias de ganar el título) ¿quién desciende? ¿qué equipos irán a competiciones europeas? ¿qué pasa con la final de la Copa del Rey? ¿qué pasa con los primeros clasificados de la Segunda División?

 

Las posibilidades son varias, aunque ninguna termina de contentar a todo el mundo: temporada en blanco (lo cual sería cruel para equipos revelación como la Real Sociedad o el Getafe, y para aquellos que han hecho méritos para ascender), terminar la temporada tal y como acabó la primera vuelta (lo cual, además de injusto, supondría pérdidas millonarias para los clubes), jugar el resto de la temporada a puerta cerrada (lo que condicionaría la competición y sería injusto para los miles de socios que se quedarían sin poder vivir en el estadio los partidos que han pagado en su abono).

 

Parece, sin embargo, que todo podría aclararse gracias a la suspensión, ya confirmada, de dos de los eventos más importantes del deporte mundial: la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, que iban a disputarse este verano y que ya se han pospuesto al verano del próximo 2021. Con los meses de junio y julio disponibles, las competiciones podrían encontrar fechas, y los aficionados un oasis al tedio que suele suponer un verano sin fútbol.

Pabellones vacíos

En un momento histórico para la sociedad mundial, y para la española por la parte que nos toca, el baloncesto lamentablemente tampoco se ha librado de la crisis del coronavirus que azota al mundo. 

En un ejercicio de responsabilidad social muchas han sido las ligas y campeonatos que han tomado las medidas necesarias para evitar la propagación del coronavirus. Quién iba a decir hace unas semanas, que pensar en las canchas repletas de gente, gritando al unísono los cánticos de apoyo a su equipo favorito, iba a ser un ejercicio que supone peligro real para todos. Es por ello que las gradas tendrán que permanecer en silencio, los parqués sin rechinar y las zapatillas sin deslizarse por la pista durante un tiempo.

FUENTE: ABC

De entre todas ellas, cómo no iba a destacar la máxima liga a nivel mundial, aquella que ha visto jugar a leyendas como Magic Johnson, Kobe Bryant o Lebron James, la NBA. La liga estadounidense ha sido una de las primeras en suspender la temporada de manera definitiva después de que se anunciara que el jugador de los Utah Jazz, Rudy Gobert, diera positivo por el virus. Parece ser que la broma de tocar los micrófonos, como se vio en el vídeo publicado por primera vez por la CNN el pasado 12 de marzo, le ha salido bastante mal. Y peor conociendo que apenas unos días después, su amigo y compañero de equipo Donovan Mitchell contrajo el virus, posiblemente por contagio directo, según anunció ESPN

 

En España el baloncesto también se ha visto afectado. Hace unos días salió a la luz la noticia de que había un jugador de la sección de baloncesto del Real Madrid, que había dado positivo en una prueba de la COVID-19. Se dieron unas horas de desconcierto ante el anonimato de esta persona, hasta que el día 12 de marzo, se anunció que dicho jugador era el ala-pívot Trey Thompkins. Esto sin duda alguna hizo saltar las alarmas en el club madrileño, que apostó por paralizar cualquier actividad deportiva dentro de sus instalaciones.

La Liga nacional de baloncesto, conocida como Liga Endesa, se hizo eco de estos acontecimientos dentro el club madridista y apenas cuatro días después anunció la suspensión de la competición hasta el día 24 de abril, tras una reunión por videoconferencia con los dieciocho clubes.

También la Liga Femenina Endesa, que ya se encontraba en su fase final, ha sufrido igualmente los efectos, puesto que según ha informado el portal informativo deportivo ‘Superdeporte’, hay un riesgo más que real que la competición se pueda suspender cuando apenas quedaban cuatro jornadas por jugar. De igual manera que la masculina, todos los partidos fueron pospuestos hasta el día 24 de abril.

Pero las malas noticias no terminan aquí, puesto que también la Euroliga, la máxima competición de clubes a nivel europeo, anunció el cese de los partidos en el mismo momento en el que el Real Madrid sacó a la luz el comunicado. Esto hizo que todos los clubes europeos que tenían compromisos, vieran anulados sus partidos, el primero de ellos el Real Madrid, que ese mismo día jugaba contra el Estrella Roja de Belgrado.

Aunque no todo son noticias negativas, puesto que desde el estallido de la crisis del coronavirus, muchos han sido los gestos de humanidad por parte de jugadores de baloncesto de todo el globo, quienes en su mayoría han aportado su granito de arena.

La estrella de los Minnesota Timberwolves, Karl-Anthony Towns ha querido mandar un anuncio de seriedad y respeto ante la delicada situación a la que se enfrenta el mundo: "Creo que es importante que todos comprendamos la gravedad de lo que está sucediendo en el mundo en este momento con el coronavirus y creo que mi experiencia en este momento podría ayudar, así que decidió hacer este vídeo y dar una actualización de dónde me encuentro".

Según informa el diario deportivo Marca, tras conocer el grave estado de salud de su madre por culpa del coronavirus, ha querido donar cien mil dólares a una clínica de Minnesota con el fin de ayudar a la investigación contra la COVID-19.

También nuestra leyenda de la selección española, Pau Gasol, ha querido mandar un mensaje de tranquilidad y de lucha, tras la suspensión de los Juegos Olímpicos hasta el año 2021: «Es responsabilidad de todos permanecer unidos para hacerle frente a esta terrible pandemia. Juntos ganaremos la medalla de oro».

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en 2021

Desde que los Juegos Olímpicos modernos, es decir bajo las reglas del Comité Olímpico Internacional, se celebraran por primera vez el 6 de abril del año 1896, tan solo ha habido tres ocasiones en las cuales se han suspendido. Todas ellas fueron bajo la influencia de los mayores conflictos bélicos que han marcado la historia de la humanidad.

En el año 1916, los Juegos Olímpicos, que debían ser celebrados en la ciudad de Berlín, fueron suspendidos debido a la Primera Guerra Mundial, y no fue hasta el año 1931 cuando esta ciudad recuperó una sede que le debería haber pertenecido quince años atrás.

En 1940, Los Juegos Olímpicos y los Juegos de Invierno, que se hubieran celebrado en las ciudades de Tokio y Sapporo (Japón) respectivamente, fueron igualmente anulados como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.

FUENTE: ABC

FUENTE: ABC

Esto mismo ocurriría cuatro años más tarde, en 1944, cuando por culpa de esta misma guerra los Juegos Olímpicos de Londres, y los Juegos de Invierno de Cortina (Italia) se vieron afectados y consiguientemente suspendidos.

Y da que pensar que setenta y seis años después, unos Juegos Olímpicos vayan a ver afectados su normal celebración para ser pospuestos. Esto ha hecho darse cuenta a toda la comunidad deportiva internacional de la magnitud del problema al que nos estamos enfrentando. Por ello el Comité Olímpico Internacional, mediante acuerdo con el primer ministro japonés, dos días después de anunciar el retraso del evento un mes, confirmó que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 quedan suspendidos hasta la nueva fecha que ha sido acordada en el año 2021.

Como aseguró el ministro Shinzo Abe, quien ha querido anteponer la salud de los deportistas por encima del propio deporte: “Japón, como país anfitrión, bajo las actuales circunstancias, ha propuesto que (el COI) estudie si se pueden aplazar cerca de un año (los JJOO) para que los atletas puedan tener las mejores condiciones”.

La respuesta por parte del Comité Olímpico Internacional no se hizo esperar, y Thomas Bach, presidente del COI, tras mostrarse reacio en un inicio, acabó dando su total comprensión y apoyo ante la propuesta del ministro japonés. Así Shinzo Abe aseguró en rueda de prensa el pasado día 24 de marzo: “Hemos llegado al acuerdo de celebrar los JJOO en Tokio no más allá del verano de 2021”. 

Cabe destacar que la suspensión de unos Juegos Olímpicos es muchísimo más relevante y significativa que la de cualquier competición deportiva a nivel nacional o continental: los países anuncian sus candidaturas casi con una década de antelación, y solo para poder formar parte de los finalistas a hacerse con los Juegos, hay que contar con un programa muy detallado que demuestre que el país cuenta con infraestructuras suficientemente modernas y capaces de albergar a los cientos de miles de personas que visitarán el lugar para su celebración.

 

Es por ello que su suspensión es un golpe durísimo a la economía japonesa, que ha invertido millones para tener el país en el mejor estado posible para el mayor evento del deporte. Además, al ser el acontecimiento que más disciplinas distintas une, miles de deportistas se muestran preocupados ante una más que probable pérdida de la forma física que podría afectar a sus resultados en la competición.

 

 

Según ha avanzado el diario Marca, los Juegos Olímpicos terminarán celebrándose a partir del 23 de julio del próximo año 2021, a falta de aprobación por parte de las federaciones internacionales y el comité organizador. Si finalmente terminan disputándose en dicha fecha, este problema se solventaría de una forma relativamente positiva, aunque si la situación del coronavirus se alargara, la suspensión o incluso la cancelación de estos Juegos supondría unas pérdidas incalculables para la economía japonesa, y la posibilidad de que cientos de deportistas no puedan permitirse, por su edad, participar en la siguiente edición programada para 2024.

 

En el siguiente interactivo podemos ver algunas declaraciones de deportistas de élite españoles con respecto al aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

 

 

 

 

 

El mundo deportivo menos competitivo que nunca

FUENTE: ABC

La crisis global de la COVID–19 ha supuesto un golpe sin precedentes en el mundo contemporáneo. Miles de personas han perdido la vida, decenas de miles han caído infectados, y las deudas económicas de los países y las familias apuntan a una recesión económica a nivel global de la que será difícil recuperarse a corto plazo. Ningún sector ha conseguido librarse de la letalidad y la propagación del virus: los colegios y las empresas se han vaciado, los eventos culturales y los lugares de ocio están cerrados -muchos no podrán volver a abrir-, y la Sanidad está siendo llevada al límite para intentar frenar un virus que se niega a ser derrotado. 

Pese a que el ámbito deportivo no tiene ni por asomo la misma importancia que las vidas que se han perdido o que se han perjudicado, puede confirmarse que habrá consecuencias de las que difícilmente se recuperará: los equipos han perdido millones por la suspensión de sus partidos, por el cierre de los estadios, por la no emisión de los encuentros, y por seguir manteniendo las fichas millonarias de sus jugadores; el mercado deportivo se enfrenta a una situación sin precedentes, con jugadores que han perdido gran parte de su valor de mercado por su edad y su tiempo parados, y volver a ver traspasos de récord (como el de Neymar al PSG por 222 millones de euros) se antoja complicado hasta dentro de algunos años; las sedes de los eventos deportivos también han sido perjudicadas, principalmente Japón, pero sin olvidar los once países europeos que iban a actuar como sedes de la Eurocopa de fútbol de este mismo verano. 

Esta pandemia va a obligar al mundo del deporte a trabajar unido, a olvidar viejas disputas entre estamentos, y principalmente, a hacer concesiones: los jugadores tendrán que olvidarse de sus sueldos estratosféricos, las federaciones y Ligas pasarán por momentos difíciles asumiendo deudas con televisiones y con las empresas de publicidad. 

Por ello, y pese a que el panorama no es excesivamente optimista, hay motivos para creer: jugadores y jugadoras que han participado como voluntarios en servicios médicos, otros que se han bajado o directamente han renunciado a sus fichas, algunos que han donado o puesto en marcha medidas de ayudas a autónomos y pequeñas empresas… 

Los deportes que reúnen grandes multitudes tardarán en volver, al menos de la forma que los conocemos. Si quieres que el fútbol, la NBA y el resto de deportes regresen pronto a ser los espectáculos que eran: Quédate en casa. Y si no sabes qué hacer, los deportistas te dan algunas ideas. 

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