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“El descubrir que no éramos inferiores a los hombres fue increíble”

Entrevista
Sociedad/Culturas
Empar Pineda durante la entrevista
Empar Pineda es un símbolo de la transición en la lucha por los derechos de las mujeres. Ella siempre ha estado al frente en la batalla por el reconocimiento de los derechos y libertades, tanto de las mujeres como de los homosexuales.

Empar Pineda, de origen vasco, fundó el Colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid y cofundó la Comisión pro Derecho al Aborto de Madrid. También trabajó como directora y portavoz de medios y revistas feministas. Actualmente se encuentra ya jubilada, pero sigue trabajando como asesora en la Clínica abortiva Isadora de Madrid, donde también ha sido delegada sindical de Comisiones Obreras. Una vida de éxitos que no solo le han supuesto el reconocimiento de la sociedad, sino que también le granjearon en 2008 la Cruz de San Jorge.

Nos encontramos con ella en la cafetería de un conocido hotel madrileño, allí nos espera afable y sonriente. A pesar de sus 71 años todavía conserva la fuerza y vitalidad que le acompañaron en la lucha por los derechos de las mujeres. Con un café en las manos y todo su pasado en la memoria, nos habla del camino hacia la igualdad de género.

Pregunta: ¿Cómo ves la situación de las mujeres en la actualidad, crees que hemos logrado la tan ansiada igualdad?

Respuesta: No, aunque ahora empieza a haber una participación de los varones, en algunos aspectos del trabajo doméstico, todavía no hemos conseguido ni mucho menos la igualdad. Hoy en día se sigue oyendo eso de “yo a mi mujer la ayudo mucho en casa”, ¿pero cómo es esto posible? no es una ayuda, sino una obligación de los dos.

P: ¿Cómo decidiste emprender la lucha por los derechos de las mujeres?

R: El reconocimiento de las mujeres, como seres de primera categoría, fue algo necesario, ya que durante el franquismo, por ejemplo, las mujeres no podíamos sacarnos el pasaporte, ni tener una cuenta corriente sin el consentimiento del varón. Incluso si trabajábamos fuera de casa, el marido por ley podía cobrar el sueldo de la mujer. Además en el caso del adulterio se penalizaba de manera diferente. Si eras hombre, para que te acusaran de adúltero, la amante tenía que vivir en la casa del marido. Y en cambio, en el caso de la mujer, bastaba con que hubiera pelos en la cama marital.

P: ¿Cuándo comenzó esta lucha por la igualdad?

R: La lucha ha existido siempre, pero fue el año 75 en el que la ONU decretó como año internacional de la mujer, cuando se recogieron a montones de colectivos que siempre se habían preocupado por la situación de las mujeres. Este año propició que el gobierno de Franco hiciera un lavado de cara y cambiara los aspectos más impresentables de la legislación de la mujer. Y entonces lo que algunas organizaciones feministas hicimos fue aprovechar la situación que se nos presentaba.

P: ¿De qué manera aprovechasteis el año internacional de la mujer decretado por la ONU?

R: Haciendo muchas reuniones, la primera que se hizo, si recuerdo bien, fue en diciembre de 1975 y por supuesto en la clandestinidad, poco después de la muerte Franco, y ahí salieron toda una serie de reivindicaciones. Estas solicitudes se ampliaron en el mes de mayo del año siguiente, en Barcelona, en lo que fueron las primeras "Jornades Catalanes de la Dona", en la que nos juntamos cerca de tres mil mujeres y pedíamos de todo. Éramos conscientes de que nos los iban a recortar, y por lo tanto decidimos pedir todo lo posible en diferentes ámbitos, tanto en el de la sexualidad, de la educación, laboral, legislativo…”

P: ¿Cómo surgieron las primeras asociaciones feministas?

R: Por la coordinadora feminista, que todavía hoy existe. Ésta lo que hizo fue crear jornadas feministas donde nos juntábamos todas las mujeres que quisiéramos cada dos años para poder contarnos nuestras experiencias.

Fue una época que sin haberla vivido, es imposible hacerse una idea real

P: ¿De qué manera las asociaciones feministas reivindicabais los derechos de las mujeres?

R: Las mujeres lo que hacíamos era movilizarnos en la calle y al mismo tiempo los grupos lo que hacíamos era practicar la autoconciencia, es decir, reflexionar cada una de nosotras sobre aspectos machistas y ver cómo íbamos solucionándolos. También hacíamos manifestaciones con una creatividad increíble. Me acuerdo que una vez que venía el Papa a Madrid, compramos un globo gigante para poner colgando un cartel que decía “Papa NO”, y cada día íbamos a la casa de campo a practicar como podíamos lanzar el globo, pero el día de la llegada al intentar lanzar el globo se nos quemó.

P: ¿Cómo eran las primeras reuniones feministas?

R: Esas reuniones eran como gasolina en vena, salías con un chute increíble. El descubrimiento del feminismo, para nosotras fue una cosa tremenda, el descubrir que no éramos de menor categoría que los hombres, sino que el problema era que la sociedad daba más importancia a los hombres y a sus valores.

P: ¿Cómo recuerdas aquellos años?

R: Fue una época que sin haberla vivido, es imposible hacerse una idea real. Porque para nosotras, las que llevábamos tiempo en la lucha antifranquista por las libertades generales y demás, fue como respirar. El poder hablar en la calle, en las radios en la televisión sin que te detuvieran, era algo increíble.

P: ¿Qué opinas de los nuevos grupos radicales feministas cómo FEMEN?

R: Creo que FEMEN hizo un buen papel en los países con mucha represión. Pero en países como el nuestro, en donde salir enseñado el pecho no está mal visto y donde tampoco está penalizado, es un escándalo y está fuera de lugar. Aquí no tiene sentido porque por mucho que la policía las detengan no arriesgan nada.

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