La pandemia ha acabado con 101.086 empresas. 1.000.000 de trabajadores por cuenta propia acumula pérdidas de más de 30.000 euros. Más de 300.000 autónomos prevén echar el cierre de sus negocios en 2021.
El Gobierno ya ha utilizado anteriormente la trampa de prometer la movilización de 200.000 millones de euros para ayudar a aquellas empresas cuya economía se vio afectada por el coronavirus. Sin embargo, gran parte de esta cantidad de dinero se movilizó de manera que los propios negocios han acabado estando aun mal endeudados. Se les proporcionó una ayuda a corto plazo que provocaría aún más tensión a plan de futuro.
El miércoles 24 de febrero Pedro Sánchez anunció en el congreso a viva voz que ofrecerá 11.000 millones de euros para ayudar a las PYMES y a los autónomos. Teniendo en cuenta la situación de deuda en la que se encuentra nuestro país, la primera incógnita que nos viene a la cabeza es, ¿de dónde saldrá tanto dinero?
Desde el inicio de la pandemia el Gobierno se ha mostrado reticente a transferir ayudas a los trabajadores que han sufrido daños en sus negocios. Pese a que Sánchez ha sido muy claro en proclamar la ayuda de tal cantidad de dinero, no lo ha sido tanto con los medios que va a utilizar para hacer llegar estas cantidades ni con cuando se empezarán a efectuar estas ayudas. La naturaleza sigue siendo incierta en cuanto a si se realizarán mediante transferencias bancarias, anulo de deuda, ampliación de créditos… Lo que lleva a pensar que las palabras utilizadas por el cabeza de gobierno podrían tratarse de otra estrategia de manipulación para mantener la calma de los afectados económicamente por la pandemia.
La situación es crítica y no está como para andarse con ambigüedades; teniendo en cuenta que según el último barómetro el 46,2% de las empresas tiene dudas sobre la continuidad que tiene su empresa. 550.000 autónomos tienen sus actividades paradas y 200.000 autónomos con trabajadores a su cargo (el 12,3% del total), ya se han visto obligados a realizar algún despido durante esta pandemia. Además, el 40% de los autónomos con empleados utilizan los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), no saben si podrán incorporar a sus trabajadores de nuevo y el 26,7% señaló que ha tenido que afectar bajo un ERTE el 100% de su plantilla.
Casi un millón de autónomos creen que no se recuperarán hasta el 2023 y tan solo el 3,8% creen que en seis meses podrían recuperar los niveles de facturación anteriores a la crisis.
Las pérdidas que han sufrido desde el inicio de la pandemia ascienden a más de 70.000 millones de euros desde el pasado mes de marzo de 2020, es decir, 21.000 de media por autónomo.
Existe la posibilidad de evaluar críticamente la gestión que ha tenido el gobierno, y ante esta situación tan delicada los resultados han sido muy esclarecedores. La reducción de las trabas administrativas es de nuevo la herramienta más pedida por los autónomos para fomentar la recuperación de sus actividades. Otra de las medidas de las que más se ha hablado es de la necesidad de implementar las campañas de fomento del comercio de proximidad. Sin embargo, al observar los datos de los barómetros de la federación podemos suponer que estas necesidades no están siendo atendidas. La valoración de los autónomos en cuanto a las ayudas puestas en marcha en administraciones públicas sigue siendo negativa. En 2021 se suspendieron las medidas del Gobierno con una nota de 2,8 sobre 10, siendo esta aún menor que en año anterior.
¿Es la materia que le queda al Gobierno por aprobar? Teniendo en cuenta que el país está en sus manos, un suspenso reiterado debería hacernos pensar.