GlocalPressUrjc

Menú principal

Se encuentra usted aquí

"Habemus Papam" Francisco, el Papa de los pobres

Reportaje
Internacional
Francisco saludando desde el balcón en su primera aparición
Nuevo Papa Francisco en su primera aparición
Jorge Mario Bergoglio ya es conocido como Francisco, y es que ese es el nombre que él desea y no Francisco I como los medios de comunicación hicieron saber, arzobispo de Argentina de 76 años, se convierte en el primer Papa jesuita y de Latinoamérica. Es progresista y comprometido con la evangelización. Persigue una dura crítica a la pobreza y a la desigualdad social.

Además, tiene una gran disposición al diálogo interreligioso. Sobre temas de actualidad en los que está en contra la iglesia como por ejemplo: el aborto, la eutanasia y la anticoncepción, la postura de Francisco es clara y es que él lo califica como “una cultura a la muerte”. También habla sobre el matrimonio homosexual al que se opone aportando que “es una pretensión destructiva del plan de Dios”. Es bien sabida la discrepancia de opiniones que hay entre el Sumo Pontífice y la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, que llegan a estar juntos en un acto público y no saludarse. Son muchos los esfuerzos que está haciendo dicha presidenta para desearle lo mejor como nuevo Papa.

Tras ser elegido Papa, Bergoglio saludó desde el balcón de San Pedro así: «Fratelli e sorelle, buona sera!». A continuación vino la primera sorpresa: «Antes de nada querría hacer una oración por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Recemos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo custodie.”

¿A qué es debido el nombre de Francisco?

Se habla de dos posibilidades, la primera en conmemoración a Francisco de Asís y la otra para homenajear a Francisco Javier, miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús, congregación a la que pertenece el nuevo Papa. Tendría diferentes connotaciones cada una de estas posibilidades y es que la primera iría dirigida a conmemorar a los pobres y la segunda a la evangelización. Pero en ambos casos debe ser el actual Papa quien nos explique la verdadera historia de su nombre.

Siempre hay cardenales que sobresalen sobre otros a la hora de elegir un nuevo Pontífice, en este caso fueron: Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, Pedro Odilo Scherer arzobispo de Sau Paolo, el Cardenal Leonardo Sandri que es un romano clásico, el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, pero, sobre todo, se apostaba porque el trono de Pedro regresase otra vez a manos italianas. Dichas manos eran del arzobispo de Milán, Angelo Scola, amigo personal de Benedicto XVI y representante del sector conservador de la Iglesia. Ninguno de estos sacerdotes se convirtieron en Papa ese día, así se cumple el dicho de “quien entra Papa sale como cardenal” ya que finalmente el elegido fue Jorge Mario Bergoglio, Francisco.

 

 

Según Eric Frattini, periodista y autor vaticanista “lo mejor para la iglesia sería la llegada del cardenal de Ghana, Peter Turkson, un cardenal de África que conoce personalmente los problemas de ese país, o un cardenal de América Latina que conoce perfectamente la situación que se vive actualmente entre las personas de países subdesarrollados y que además son los países donde se concentra el mayor número de católicos. Pero siempre entran en disputa el ideal y la política, porque lo que se elige es la política y no la iglesia o la religión”.

Las asignaturas pendientes para el nuevo Papa serían:

  1. El protagonismo de la mujer en la Iglesia
  2. Cambios en el actual rechazo a los preservativos
  3. El papel de las iglesias nacionales frente al poder, ahora centrado en Roma.
  4. ¿Se mantendrá la línea de firmeza de Benedicto XVI frente a los abusos sexuales en el clero?
  5. El nuevo Pontífice deberá decidir si acepta la renovación de la Curia, el gobierno de la Iglesia, y el control del origen de los fondos del Banco Vaticano.

Don Julián, párroco de la iglesia Virgen Madre de Leganés declara que: "De este nuevo Papa espero lo mismo que de los anteriores, que custodie la fe, que la comparta, que nos oriente, que nos cuide, que nos lance a la nueva evangelización. Las reformas en la Iglesia las hace siempre Dios a través de los santos. En lo accidental puede haber cambios. La esencia no cambia: la Iglesia es el pueblo de Dios convocado por Cristo, que es el mismo ayer, hoy y siempre.

A su vez, afirmó que no se esperaba la renuncia de Benedicto XVI "pero él ya había achacado sus problemas de salud y ha tomado una decisión en conciencia y delante de Dios. Nos ha dado una lección a todos y es que la vida la orientemos no en función del capricho, del placer, de la moda... Sino de lo que según Dios debemos hacer".

También ha hablado sobre la elección del nuevo Papa y de su condición de jesuita: "Si digo la verdad no me esperaba para nada que fuese Bergoglio el elegido pero estoy igual de encantado, ya que la alegría no viene con el nombre sino con la fumata blanca. Que el nuevo Papa sea jesuita no tiene ninguna importancia concreta porque  Dios es muy creativo y aprovecha los dones de cada uno. La espiritualidad y formación de los jesuitas es un regalo de Dios al Papa Francisco, y a través de él, a la Iglesia y al mundo.”

El 22 de febrero el Vaticano hizo público el 'motu proprio', que es el documento papal que permite el anticipo del cónclave para la elección el nuevo Papa.

Cuando un Papa muere, o como es en este caso, el Papa en el cargo renuncia, el poder queda en el gobierno de los cardenales. El cónclave o, lo que es lo mismo, la asamblea de cardenales para elegir al nuevo Papa, se reúne desde 1492 en la Capilla Sixtina, en el pasado no se les permitía salir de allí pero a partir de 1996 les permiten descansar en una residencia en el interior del Vaticano. Aún así el aislamiento es total y existen varias normas de secreto. El voto se debe hacer con una caligrafía distinta a la usada normalmente por cada uno de los cardenales para mantener el anonimato. El nuevo Papa tiene que salir elegido por una mayoría de dos tercios de votos tras la renovación que hizo Benedicto de esta norma donde anteriormente el Papa era elegido con la mitad más un voto. Tras la votación se queman las papeletas en una estufa con dos chimeneas, fumata negra si no hay nuevo pontífice y blanca en el caso de que sí lo haya. En el caso de que ocurra lo segundo el Proto Diácono sale al balcón de la basílica de San Pedro a anunciar la elección de los cardenales y a proclamar el conocido “Habemus Papam”. El nuevo Pontífice pronuncia por primera vez la bendición a los ciudadanos.

El cónclave que ha elegido a Francisco ha sido así: los cardenales que formaban el cónclave han sido elegidos exhaustivamente por Benedicto XVI. Es una tradición que los cardenales pidan en La Misa del Espíritu Santo sabiduría para elegir al nuevo pontífice que ha de ocupar la sede vacante. Los electores hacen de uno en uno solemne juramento de guardar secreto de todo lo que allí dentro pase. El primer día fue el 12 de marzo que tuvo como resultado una fumata negra, y el segundo día el 13 de marzo que tuvo cuatro fumatas, las tres primeras negras y la última a las 19.05, blanca. La elección de Francisco tardó solo dos días mientras que la de Benedicto XVI se alargó a cuatro, pero hemos conocido otros casos, como el de Pio XI en 1922 donde el cónclave se extendió durante 14 días.

 

 

 

 

José Enrique Ruiz de Galarreta, jesuita pamplonés de 75 años,  conoció al nuevo Papa en un curso celebrado en Alcalá de Henares hace 33 años y hace unas declaraciones muy impactantes sobre la continuidad de la iglesia. “Bergoglio es una persona sincera y humilde pero debería reunir a un equipo de confianza y valía para combatir con la corrupción en el Vaticano. Es un Papa menos mentiroso que otros ya que cuando salió al balcón por primera vez se le veía nervioso y el rezo que pidió se vio que lo pidió de veras y no porque sí. Hay que luchar contra la corrupción económica ya que la que existe en los partidos políticos es muy poca comparada con la que existe en el Vaticano. Creo que Bergoglio intentará cambiar para bien alguno de estos problemas pero la cosa está en que no lo maten antes. Ratzinger se ha retirado por miedo, se ha achacado a la edad y no se ha profundizado bien en el tema”

La renuncia del Papa Benedicto XVI se convierte en la primera renuncia desde 1415 cuando se produjo la de Gregorio XII que fue obligado a dimitir por el emperador Segismundo. También nos encontramos con la renuncia de Celestino V que abandonó el pontificado en 1294 con la intención de volver a su vida de antes, por lo tanto la de Celestino V y la de Benedicto XVI son las dos renuncias voluntarias que conocemos en la historia de los Papas. Benedicto XVI dejó de ser Papa el 28 de febrero a las 20 de la tarde. Este hecho, ya sorprendente para todos, se acrecienta en estos momentos de crisis para el mundo y para la Iglesia, ha concentrado las miradas y ha multiplicado los análisis. La decisión del ya antiguo Papa, ha sido inesperada por todos. Benedicto XVI utilizó el latín, idioma oficial de la Iglesia, para sentar jurisprudencia.

 

 

Massimo Franco, analista del “Corriere Della Sera”, dice en una entrevista a TVE, que “no creo que esta renuncia venga por un problema de salud del Papa sino por la imposibilidad de cumplir sus deseos de un cambio en la Iglesia. Problemas no resueltos y un sentimiento de Papa inadecuado, pudieron ser razones claves para el abandono de Benedicto XVI como Sumo Pontífice. El cambio más grande que podía hacer era marcharse y dejar que otro Papa continuase su objetivo”. Para él lo que ha hecho el Papa es un gesto de valentía ante todos los ciudadanos. Pero son otras muchas las razones que se dan para la dimisión del Papa como:

- El escándalo de la Banca Ambrosiana que representa el intento de metamorfosis de la iglesia y de su banco vaticano. De un banco opaco a un banco normal.

- El caso Vatileaks, del que se conocen muy pocas noticias sobre su contenido. Hay gente que dice que en la renuncia del Papa estaría el conocimiento de un contenido alarmante de este informe.

- Las guerras dentro del Vaticano de cara al próximo cónclave, el enfrentamiento entre el secretario de estado Tarcisio Bertone y parte de los cardenales, pero sobre todo con la conferencia episcopal italiana.

El antiguo Papa Benedicto XVI no desaparece de la Iglesia y es que seguirá llamándose Su Santidad Benedicto XVI y tendrá el título de “Papa emérito” o “Romano Pontífice emérito”. Vestirá con una sotana blanca pero simple, sin esclavina. A partir de ahora vivirá en la residencia de Castel Gandolfo por unos meses, hasta que se traslade a vivir definitivamente al monasterio de monjas de clausura Mater Ecclesiae, situado en el interior del Vaticano. Ratzinger se dedicará ahora a la lectura, reflexión y al rezo.

 

Comentarios

Es cierto que la elección del nuevo Papa, Francisco I, ha resultado una auténtica sorpresa, hasta para los más expertos "vaticanólogos" que, hasta hace unas semanas nunca pensaron poder asistir a la convivencia de un Papa vivo, tras haber renunciado al Santo oficio y otro que llega tratando de recuperar el apego de quienes ven en la Iglesia una empresa, cuyo principal capital, la fe, empieza a escasear.

Francisco I llega, pues, desafiando al miedo que el anterior pontífice pareció presentar ante su inesperada e inusual renuncia, quién sabe si motivada por la profunda imposibilidad de cambiar ciertos aspectos de la institución, frente a una curia decidida a mantener los trapos sucios en casa. Bien es cierto que  desde el anuncio de su abandono Benedicto XVI tomó decisiones significativas, relacionadas con las finanzas y los escándalos de pederastia que asolan el Vaticano. No obstante, resultaría interasante saber por qué ahora y no antes, por qué esperar al último aliento de su "mandato" para tratar de cambiar algo.

Por su parte, es evidente, que el nuevo Papa tiene muchos asuntos por delante, tras la fumata blanca. La cuestión es saber cuánto costará mantener al Papa pobre...

En el reportaje se habla de un papa moderno pero que como todos critica las ideas progresistas que el grueso de la población ya acepta como es el aborto o el matrimonio homosexual. El papa de los pobres pero que continúa con la ostentación y parafernalia propia de la Iglesia, una empresa que debería replantearse qué hacer con su desorbitado patrimonio para poder acercarse al humilde mensaje que predica. 

Sin embargo, tal y como se cita con las palabras de Massimo Franco, la actual situación de la Iglesia es muy difícil de cambiar, y Benedicto XVI es la última víctima. Tendrá que ser el pueblo quien castigue a la Iglesia y exija reformas, tal y como hace día a día en muchos otros ámbitos sociales.

Inés Martínez

 

Desarrollo en Drupal por Suomitech