Sí hay una mujer luchadora, valiente, humilde, amante de su profesión y que lleva desde la posguerra impartiendo clases, su nombre es Fabriciana Ballesteros, nacida en octubre de 1935, en Santa María de Sando, un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca. Fabriciana se trasladó a vivir a Fuenlabrada a finales de los años cincuenta, donde, años después, en octubre de 1961, comenzó a ejercer como profesora de forma ininterrumpida desde su propio domicilio.