Casi dos meses distan ya del pasado 13 enero, fatídico día en el que Julen, el niño de dos años de edad, cayó por un pozo de solo 25 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad. Trece días después, el 26 de enero, los mineros sacaron el cuerpo sin vida del pequeño de Totalán. No hay semana en la que no salga un nuevo dato, una nueva polémica o una nueva teoría sobre el caso.