El ministro de Agricultura británico, David Heath, explicó que se han detectado rastros de fenilbutazona, hallados en la carne de caballo. La fenibutazona es un analgésico muy potente, que podría traer consecuencias muy graves a los humanos si llegaran a ingerirla. El problema es que esta carne posiblemente ya esté en el mercado y podría haber entrado en una cadena humana.