La actual crisis que azota el país afecta mucho más en el día a día de los jóvenes. Los gastos a los que se tiene que enfrentar son cada vez más altos, el paro juvenil no para de crecer y el Gobierno no ayuda a que la situación mejore. En Fuenlabrada la situación es similar a la del país. ¿Cómo es ser un joven en Fuenlabrada? Para ello analizaremos las dificultades a las que se tiene que enfrentar una persona de entre 18 a 30 años. También analizaremos ventajas, si las hay, y posibles soluciones a la situación.
Estudios
Uno de los sectores que más perjudicados se ha visto ha sido los estudios. Hace un año cualquier joven con voluntad de estudiar una carrera podía hacerlo sin necesidad de poseer una economía boyante. Esta situación se ha terminado. Desde que en julio del año pasado la Consejería de Educación anunciase los recortes universitarios muchos jóvenes se han visto abocados a dejar carreras. Desde que se iniciase el curso 2012/2013 más de 5% de los alumnos han tenido que abandonar la carrera debido a que no podían afrontar el gasto. Las tasas universitarias han subido una media del 16,7 % y suspender asignaturas para cursos posteriores sale practicamente al doble de precio. Para un joven entre 18 y 23 años estudiar parece una misión imposible.
Una de las Universidades públicas que más ha aumentado sus tasas ha sido la Universidad Rey Juan Carlos, con un campus en la localidad de Fuenlabrada. Antonio Hernández, alumno de periodismo, se ha visto abocado a pagar por una sola asignatura más de 300 € tras haberla suspendida en curso anteriores. La reducción de becas también ha sido un duro golpe. Hace un par de año un estudiante que necesitase, mínimo, 4000€ para los estudios (matrícula, casa, transporte, libros) recibía dicha cantidad, aproximadamente. Ahora muchos estudiantes necesitados de dinero no reciben la suficiente cifra monetaria para hacer frente al curso con garantías.
Miguel Ángel Aguilar es un estudiante de 3º en Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Rey Juan Carlos de Fuenlabrada que reside en Illescas (Toledo). Este año no le ha sido concedida la beca del ministerio y el precio de su matrícula se ha visto incrementado. “Todavía tengo dos asignaturas de primero (cálculo y circuitos) y ya estoy pagando terceras convocatorias”. En 2012, según el Real Decreto del Gobierno, las segundas, terceras y cuartas matriculaciones han visto incrementado su precio. En el caso en cuestión, la tercera matrícula ha visto incrementado su precio en un 70 % aproximadamente.
“La matrícula universitaria no es el único gasto que tengo para ir a la universidad, también tengo que pagarme el abono transporte que también ha subido” cuenta Miguel Ángel. Al vivir en Illescas, Miguel Ángel tiene que pagar al mes el precio correspondiente a la zona joven E1 que actualmente es de 78,30 euros y que ha subido cinco euros en los últimos meses. “Si sumamos que a todo este gasto, mis padres están en el paro, no sé cómo voy a poder seguir pagando mis estudios” apuntilla el estudiante universitario de Fuenlabrada.
Miguel Ángel y Antonio son dos ejemplos que se pueden extrapolar a muchos otros. Estudiar es un pilar fundamental en los tiempos que corren y no todos los jóvenes tienen las mismas oportunidades.
Trabajo
Pero la economía de los jóvenes no se centra sólo en los estudios. También está fuertemente ligada al mundo laboral. Actualmente el paro juvenil se encuentra en un 57,6% una cifra escandalosa. Hoy en día es prácticamente imposible encontrarse a un joven que estudie y trabaje a la vez. Lo más duro de todo es que también es dificil encontrar a alguien que haga alguna de las dos cosas. El mundo laboral está muy negro para los estudiantes. Pablo Caro, estudiante de derecho de la URJC de Fuenlabrada nos cuenta su experiencia. "Yo estudio y trabajo. Se que soy un privilegiado, ya que puedo costearme los estudios sin tener que mirar el bolsillo. Cada día doy gracias por tener trabajo". Pablo estudia entre semana y trabaja los fines. Es algo duro, no tiene tiempo para nada, pero sabe de sobra que es un privilegiado y 'casi único en su especie'.
En un tiempo no muy lejano (no más de 3 años) no era necesario que un universitario trabajase para costearse los estudios. Mediante becas y la ayuda económica de los padres era más que suficiente. Sin embargo, hoy en día, ni el trabajo de los padres se seguro, ni las becas son como antes. Nos encontramos ante un paradigma ya que para mejorar la economía se necesita empleo juvenil, pero para dicho empleo son necesarios los estudios, no obstante, no es tarea fácil.
Ante esta situación económica de los estudiantes, ¿qué solución hay? Muchos apuntan a la salida al extranjero. Sin embargo, la realidad es otra. Las becas Erasmus se han reducido en torno a un 50% y se ha planteado su supresión en un futuro cercano. Este reportaje no es una forma de deprimir a los estudiantes , simplemente es un reflejo de la economía actual de muchos jóvenes. O se toman medidas ya, o se augura un futuro muy malo para los estudiantes.