Es una mañana atípica de marzo, donde el calor puede confundir al que se encuentre el calle. Será que el cambio climático ha llegado para quedarse y a partir de ahora será la norma, y no la excepción, los veinte grados que marca el termómetro de la farmacia a las diez de la mañana. El alcalde me recibe en su despacho, lo que fuera parece una mañana calmada, dentro del ayuntamiento es un hervidero.
"Creo que vienes a que hablemos de economía", bromea Santiago Llorente, antes de invitarme a sentarme y ofrecerme un vaso de agua. No hay nadie mejor que él para hablar de la desigualdad entre un Madrid norte rico y un sur obrero. "Es una condición histórica, en realidad, siempre ha existido un norte industrializado y un sur agrícola, pero no es una ley". Realmente se nota que ha estudiado la situación y que le preocupa, lo cual es una excepción dentro de la clase política actual.
La subida del paro en Leganés lleva aumentando desde que acabó el verano. Salvo Fuenlabrada, todas las ciudades del cinturón sur siguen su mismo camino. Las ciudades de fuera del cinturón como Pinto, Humanes o Parla, lo tienen aún más difícil. “En Leganés el paro ha subido un 0,67%, aunque en Pinto, por ejemplo, la subida del desempleo es de un 1,8”.
Santiago Llorente entrevistado por Álvaro Aledo
Santiago Llorente recuerda que la Comunidad de Madrid refleja a la perfección la teoría económica "Centro-Periferia". Madrid es un polo de actividad económica y financiera, mientras que la periferia es pasiva y marginal. “Muchas de estas ciudades nacieron como meras ciudades dormitorio, sin espíritu ni oferta laboral [...] como simples pensiones, porque, además, el suelo era más barato, lo que atrajo a gente de las clases más bajas”. En el norte, sin embargo, la situación es distinta: ciudades como Alcobendas o San Sebastián de los Reyes que, aunque periferia, también son centros económicos.
Algunos gobiernos han intentado promover medidas que reviertan esta situación. Por ejemplo, hubo intentos de redistribuir la riqueza con la apertura de una nuevo polígono industrial en Villaverde. “Pero, como siempre, se hizo tarde y mal. Las empresas importantes no movieron su localización y de las que allí se instalaron mucha no pudieron superar la crisis”, comenta el Alcalde de Leganés.
Iniciamos entonces un largo y tendido debate sobre las posibles soluciones que se pudieran aplicar a este problema. “Creo que todo es un error de concepto. Las ciudades del sur deberían reafirmarse como centros con identidad y deberían aplicar medidas que fomenten la economía interna”, apunta Santiago Llorente. Aunque añadió que el cambio no puede hacerse solo. El Gobierno de la Comunidad de Madrid también tiene que contribuir con medidas que están fuera de las competencias del Ayuntamiento de Leganés como, por ejemplo, mejorar la red de transportes.
Lo que quedó por seguro es que aún queda mucho camino por recorrer. Un Madrid desarrollado exprime a un sur trabajador, aunque, recordando las palabras de Santiago Llorente, “las teorías (como la del Centro-Periferia) no son leyes”. Este fue el final de una intensa mañana. Cuando volví a la calle, el sol caía ya de pleno sobre mi cabeza, y la temperatura había subido hasta los veinticuatro grados. Sin embargo, el resto seguía igual, una ciudad obrera y humilde, de bloques de pisos altos y simétricos, pero que sigue luchando por mejorar su situación.
Álvaro Aledo Girona