Las apuestas de todo tipo han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años desde su regulación en 2011. Hay datos que apuntan que en el mundo de las apuestas deportivas se mueven cerca de 66.000 millones de euros anuales, aunque este dato solo se refiere a las apuestas legales, porque hay investigaciones que indican que, en total, englobadas apuestas legales e ilegales, se consigue llegar a mover 750.000 millones de euros.
Tal como indica el estudio realizado conjuntamente por la federación de jugadores rehabilitados y la Asociación de Psicólogos de Madrid, el 20% de los adolescentes españoles son adictos al juego. Haciendo de los jóvenes de nuestro país entre 14 y 21 años, en aquellos con más probabilidades de desarrollar una adicción a los juegos de casino, las apuestas deportivas y otros derivados del juego, en comparación con los de cualquier otro país europeo.
En 2018 se jugaron en España más de 17.000 millones de euros solo en apuestas online. Ese mismo año, la media de jugadores activos fue de 833.525 personas, triplicando la cifra de hace cinco años y sólo en los últimos meses de 2019 el promedio de número de jugadores activos fue de 301.000 mensuales. Este aumento de la cifra de cuentas para apostar en línea se ha producido en medio de la batalla del ministro de consumo Garzón con las casas de apuestas.
A todo esto, en los tres últimos meses de 2019 las compañías han disparado la inversión en publicidad, principal vía de desarrollo y visibilidad de este negocio, llegando a invertir 56,7 millones de euros. El gasto en patrocinios tampoco se queda atrás, ya que ha llegado a rozar los seis millones de euros en este mismo período. Además, hay que destacar que otra de las vías fundamentales de visibilidad del negocio es el patrocinio deportivo y que el 75% de los clubes deportivos disponen de un patrocinador de apuestas deportivas, esto únicamente llega a mover más de 600 millones de euros por temporada en el fútbol español.
En este negocio tampoco hay que olvidarse de los más de 9.000 millones de euros de facturación anual y el beneficio total de unos 2.400 millones de euros que consigue obtener la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), empresa pública del juego en España.
En Madrid, estos negocios se suelen situar particularmente en los barrios más humildes, en especial en el cinturón sur y el Corredor del Henares. Detrás de la capital que aglutina el 53% de los negocios de apuestas, Fuenlabrada, en donde según informes de la asamblea hay en este momento 28 salones de juego (uno por cada 9.000 habitantes), es el municipio con mayor número de puntos de apuestas (4,1%).
El Ayuntamiento de Fuenlabrada ha logrado autorizar a finales de 2019 la creación de una comisión exclusiva para investigar posibles actuaciones y poder "limitar la proliferación de casas de apuestas y salones de juegos en la localidad". La propuesta, aprobada por todos los grupos menos el PP, que se ha abstenido, pretende con el establecimiento de esta comisión, analizar el problema del juego online y la distribución de estos establecimientos, que se están agrupando de manera "descomunal" en ciertas zonas de Madrid.
A pesar de esto, diferentes asociaciones contra la ludopatía y el partido Ganar Fuenlabrada, siguen denunciando la “falta de acción” del Gobierno local, puesto que las casas de apuestas siguen multiplicándose en este municipio. Por otra parte, sí que se ha logrado retirar la publicidad de zonas tan visibles como en los autobuses de la EMT, por ejemplo.
Pese al increíble auge de este tipo de negocios relacionados con el juego, la Comunidad de Madrid no cree que se pueda calificar a esta situación de algo «alarmante». “Aunque no existen estadísticas disgregadas sobre casas de apuestas, Madrid está por debajo de la media nacional de 6,05 salones de juego por cada 100.000 habitantes (con 5,06) y muy por debajo de otras autonomías como Murcia (19,6) o Andalucía (8,35)”, es lo que indican.
Actualmente, con motivo de la expansión del coronavirus y el correspondiente Estado de Alarma del país, todos estos establecimientos se encuentran cerrados, lo cual supone pérdidas de, como mínimo, 62,5 millones de euros.