En esta ponencia se nos transmitió la importancia de eliminar los estigmas que la sociedad impone sobre la ansiedad. Según explicó Belén, la ansiedad es una emoción que siempre lleva un mensaje constructivo para uno mismo y se basa en la anticipación de una amenaza futura. Cuando una persona sufre ansiedad, las respuestas pueden ser fisiológicas, que se producen cuando tu cuerpo experimenta alguna sensación negativa; emocionales, propias de los pensamientos, o motoras. Esta última se corresponde con la necesidad de evitar todo aquello que nos da miedo. Según explica la ponente a través de un buen ejemplo con vasos, si intentamos escapar de lo que nos produce ansiedad, el vaso se tapona y como consecuencia, el resto de ellos se llenan.
Consideramos que, teniendo en cuenta que la mayoría de los oyentes eran personas mayores, los ejemplos y las explicaciones fueron bastante fáciles de comprender. Gracias a ello, llegamos a la conclusión de que la ansiedad no es positiva ni negativa; te protege a ti mismo de situaciones dañinas, sin embargo, huir no es la solución. Este infogram muestra datos acerca de la ansiedad en el mundo:
Durante la charla, Belén nos daba la oportunidad de comentar nuestras situaciones personales y de expresar nuestro punto de vista sobre la ansiedad. Varias mujeres que asistieron a la ponencia, compartieron con el resto cómo se sentían y cómo intentaban controlar su estado de angustia. De esa manera, se creó un debate entre las personas que lo consideraban difícil de controlar y las que, por otro lado sí que eran capaces de acabar con ella.
El objetivo principal de la charla era aprender a identificar y cambiar los pensamientos, entender que hay que aceptar la ansiedad y las sensaciones para poder comprometerse a actuar y vivir con ello. Para conseguir esto, debemos entrenar los pensamientos, por ello durante los últimos quince minutos de la charla nos enseñaron a hacer un ejercicio práctico mediante la técnica del “mindfulness”. Esta técnica consiste en prestar atención de manera específica, centrándonos en el momento presente y sin juzgarnos. Belén nos indicó que debíamos estar sentadas, con la espalda recta y relajada, y los brazos colgando con la cabeza erguida. Todas las presentes en la sala cerraron los ojos mientras ella leía un texto para mantener la atención centrada en la respiración. Al terminar la charla, nos aconsejó acudir a la clínica y nos explicó que mucha gente que ha asistido a alguna sesión, ha obtenido buenos resultados.
En nuestro día a día tenemos una gran cantidad de pensamientos, algunos de ellos son irracionales y nos hacen sufrir. Belén concluyó la charla diciendo “El pensamiento juega malas pasadas. Cuando lo dejamos a un lado es cuando empezamos a vivir mejor”.