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Teatriem: un acercamiento a la ciencia a través del teatro

Entrevista
Ciencia
José Vicente García Ramos, director de Teatriem. (A.F.)
José Vicente García Ramos ha desarrollado a lo largo de su vida sus dos grandes pasiones: la ciencia, siendo investigador en el Instituto de Estructura de la Materia, y el arte dramático como actor amateur. En el año 2013 mediante la creación del grupo de teatro TeatriEM consigue aunar ambas disciplinas y llevar la ciencia al público mayoritario con sus piezas teatrales.

¿Cómo y por qué nace el grupo de teatro TeatrIEM?

Lo primero puedo parecer raro el nombre, TeatriEM. Con EM nos referimos al instituto de estructura de la materia del CSIC. Yo era profesor de investigación allí, me jubilé el año pasado, y he sido director del instituto de la materia y luego tuve otra etapa en la que me dediqué a la gestión desde la vicepresidencia del CSIC y cuando volví, el director, por aquel entonces, me planteó hacer algunas actividades de divulgación científica. Yo llevaba más de 15 años asistiendo a escuelas de teatro como actor, entonces pensé en que sería interesante en formar un grupo de teatro con gente del CSIC y de universidades –hay algún espontáneo más- pero la mayoría son todos científicos para hacer unos espectáculos relacionados con la ciencia para acercarla al público en general. Esto surgió en el año 2013 y se nos ocurrió este nombre porque es teatro en el IEM.

¿Quién forma parte de TeatrIEM? Ya no sólo dentro sino también fuera del escenario. ¿Son científicos, actores, ambas profesiones…?

Somos un grupo de teatro no una compañía. En una compañía los actores son actores, los de iluminación iluminan… en un grupo hacemos todos de todo. Hacemos un teatro que es de bajo presupuesto. El proceso es el siguiente: yo selecciono una serie de obras de teatro donde directa o indirectamente aparece la ciencia y extraigo unas escenas. Después de esto hacemos una lectura entre 17 integrantes del grupo (o los que puedan estar ese día) y elegimos las escenas que puedan conformar un montaje de una hora y media más o menos. Trabajamos en escenas porque es muy difícil encontrar una obra de 18 personajes y también porque si tienes una obra larga los que son protagonistas tendrían que estar siempre para ensayar y los científicos se caracterizan por tener muchas estancias, congresos, tribunales en el extranjero por la internalización de su trabajo. Pensé que era más sencillo encontrar escenas de 10 o 15 minutos, con 3 o 4 personajes porque es más fácil ensayar de esta forma.

¿Cuáles han sido sus inspiraciones para llevar a cabo este tipo de arte?

Hay obras de teatro que son apuntes biográficos de científicos más o menos famosos o conflictos relacionados con el medio ambiente, la medicina… voy husmeando por ahí hasta que me encuentro algo que encaje. Fundamentalmente son de dos tipos: o detalles biográficos de científicos o conflictos relacionados con la ciencia. Y no solo con las ciencias puras, al pertenecer al CSIC que cuenta también con una parte de ciencias sociales y humanas, entonces tratamos conflictos sociales que no están directamente relacionados con la ciencia. Por ejemplo, hemos participado en la Olimpiada Filosófica en la Universidad Complutense de Madrid.

¿Qué importancia tiene llevar el conocimiento científico a la sociedad?

Una cosa que teníamos clara cuando creamos el grupo es que no queríamos ser el típico grupo endogámico, es decir, hacer representaciones únicamente de las áreas de la ciencia que se desarrollan en nuestro en instituto y hacer una “obrita” en Navidad, porque eso suena más como a obra de fin de curso. Nuestra intención era acercarnos a la sociedad con dos finalidades: las nuevas vocaciones, pero nosotros no buscamos trivializar la ciencia o hacemos espectáculos para niños, son espectáculos para todos los públicos, pero no están dirigidos a niños, actuamos en institutos de educación secundaria, pero con el fin de crear una curiosidad y tampoco hacemos didáctica de la ciencia no explicamos experimentos nuestra idea es hacer escenas que despierte una curiosidad a los espectadores.

 

 

¿Qué otras obras han representado?

La primera se llamó “Todo por la ciencia”, en ella aparecían personajes como Cajal, Negrín, Ochoa… en la Junta de Ampliación de Estudios, que son los precursores del CSIC. También aparecían las mujeres de Einstein, éste es un personaje al que recurrimos mucho porque hay mucho escrito sobre él y muchas obras de teatro donde aparece. La segunda representación se llamó “Científicas ab initio”, en ella aparecían Marie Curie, Rosalind Franklin… mujeres científicas. Después representamos “Entre la ficción y la Ciencia”, en el que incluimos una adaptación de un cuento de Asimov donde se habla de la robótica… hacemos escenas de ciencia ficción, no sólo de ciencia, si no en el sentido distópico y futurista. Después vino “Tu nombre me sabe a ciencia”, fue quizás la menos “científica”. En ella representábamos a un joven Einstein cuando llegaba a Viena, también hicimos los físicos de Bertold Bretch… La última que hicimos, la del año pasado, se llamó “Ciencia a la cuarta pared” y ahí incluso nos atrevimos con una escena del “Mercader de Venecia” de Shakespeare. Y lo principal es que el año pasado también montamos nuestra primera obra larga. Nosotros contamos con el asesoramiento de Juan Mayorga, y en nuestras funciones siempre hay una escena corta de este autor que, aunque no hable de ciencia pura sí trata temas relacionados con ciencias sociales o problemas filosóficos. Fue “La Tortuga de Darwin” que estrenamos en el Museo de Ciencias Naturales y estamos muy contentos porque han nominado a la protagonista, Pilar Martín, a los premios de Escena Amateur.

¿Cómo llega a tener relación con Juan Mayorga?

Juan Mayorga, alrededor del año 2010, estuvo contratado en el CSIC. Organizaba en el Centro de Ciencias Sociales y Humanas unos seminarios sobre teatro y pensamiento político, éstos siempre terminan o con unas lecturas dramatizadas o con una presentación de alguna escena con actores de la talla de Blanca Portillo, Josep María Pou y otras veces actores más amateur, tuvieron mucha resonancia. Yo tuve la oportunidad de conocer a Juan por aquel entonces y él me animó a dirigir una lectura dramatizada de una escena de una de sus obras que él había dirigido en la Residencia de Estudiantes pero que queríamos llevar al salón de actos del edificio central del CSIC y como Juan no podía estar me animó a que yo la dirigiera. A partir de ahí, cuando montamos el grupo, siempre le consulto a él y asiste a nuestras representaciones. En el caso de la “Tortuga de Darwin” vino a ver un ensayo y vio la obra en Alcorcón.

¿Podría decirse que Juan Mayorga le inició en esto de la dirección teatral?

Sí, me animó. Yo siempre he ido a clases de teatro, pero como actor, a dirigir quizás sí fue él el que me animó a probar. Hicimos una escena corta de la Tortuga de Darwin el día del cumpleaños de Darwin y me animó a que la dirigiera entera, lo cual supuso todo un reto para mí.

Han llevado a cabo diferentes actuaciones en la localidad madrileña de Alcorcón, ¿qué facilidades encontraron en la ciudad para poder actuar, por parte de teatros, ayuntamiento, etc.?

Uno de los miembros de TeatriEM, Óscar Gálvez, es de Alcorcón. No sé si es presidente o lo ha sido del Club de Amigos, una asociación que se encarga del ocio de personas con discapacidad mental. Nosotros empezamos el primer año a través del Club de Amigos, que fueron los que gestionaron con el Ayuntamiento de Alcorcón, y hacemos una función siempre a beneficio de este club. Y además los chavales componentes de la asociación preparan siempre una pequeña escenita y la hacen antes de nuestra representación. Llevamos haciéndolo ya desde hace 5 años. La entrada es libre, el Ayuntamiento nos facilita el Centro Cultural y la gente puede dar un donativo voluntario en la entrada.

De manera general, ¿cómo cree que reacciona el público ante la ciencia expresada de esta forma?

Las reacciones del público siempre suelen ser muy variables –risas-. En general, bien. Lo que ocurre es que escenas que nosotros montamos como poco cómicas a veces la gente le encuentra un punto más humorístico. Y a lo mejor escenas cómicas no lo parecen tanto. Los detalles biográficos de los científicos, los problemas de las científicas, los judíos científicos… todo ese tipo de cosas al público les llega más. Cuando son detalles de la situación actual de los científicos en la actualidad pues eso ya depende, si se trata de espectadores con familiares científicos o estudiantes es distinto…

Y el público de Alcorcón, ¿cómo acoge sus obras?

El público de Alcorcón es muy entregado. Siempre llenamos en auditorio. Y lo siguen con interés, están muy atentos… los de la asociación hay gente con problemas de discapacidad mental y hay veces que no es fácil mantenerlos durante hora y media sentados en una silla. Sin embargo, aguantan siempre y vienen con mucha ilusión.

Doctor en Ciencias Químicas, en su trabajo como investigador, ¿cuáles han sido las ramas en las que se ha centrado?

Hice la licenciatura en Ciencias Químicas, pero al llegar al CSIC entre en el Instituto de Óptica del CSIC que está dentro del área de la física. Siempre he trabajado a caballo entre la física y la química, en la física molecular. Mi área es la utilización de una técnica que se llama espectroscópica molecular y la he aplicado a cantidad de campos. Hace ya casi 30 años formé un grupo en una técnica con la espectroscopia molecular intentar detectar moléculas a muy bajas concentraciones que estuvieran absorbidas sobre nano partículas de plata. Esto tiene aplicaciones como, por ejemplo, para intentar ver como los medicamentos se transforman dentro de la célula… Iluminando esas nano partículas y esas moléculas con luz de un láser y recogemos la respuesta que da cada molécula cada una da una distinta que es como si fuera la huella digital de la molécula. Este método es no invasivo y no destructivo, la idea es evitar hacer biopsias. Luego también sirve para el tema del patrimonio histórico de hacer diagnósticos por esas técnicas… cuando se tienen que restaurar un cuadro es muy importante saber qué pigmentos utilizó el pintor sin hacer daños a la obra.

¿Sigue inmerso en algún campo de investigación de la ciencia?

No, bueno, me han propuesto para formar parte del Comité de ética de la investigación del CSIC, pero vamos eso todavía no he sido nombrado.

¿Cómo fue compaginar la labor de investigador con los ensayos y las giras?

Los ensayos se hacen por la tarde después del horario de trabajo, en una biblioteca del centro física miguel catalán. Nos dejan ese espacio para poder ensayar. Los ensayos cuando trabajan empezaban a las cinco de la tarde. Hay que tener en cuenta que no todos estaban en el CSIC si no que hay algunos que vienen de la Complutense, de la Autónoma, de la UNED... y en lo relativo a escribir y adaptar las obras pues sacando tiempo en los fines de semana y a mi tiempo de ocio.

Su labor investigadora fue reconocida con el Premio Jesús Morcillo de la Reunión Nacional de Espectroscopia en 2002, ¿qué supuso para usted?

Fue el primer premio que se dio, yo no me lo esperaba. Personalmente, tuvo mucha importancia. El premio lo otorgaba una firma comercial, Bruker, que fabrica instrumentos de espectroscopia, pero el profesor Jesús Morcillo fue el primer catedrático que hubo en España de espectroscopia. Además, fue también el tutor de mi tesis doctoral, formó parte del tribunal de mi tesis doctoral pero no es eso lo único si no que yo luego, por otras razones que no vienen al caso, soy amigo de su hija y de toda su familia (que por otro lado son seguidores de TeatriEM y vienen a todas nuestras representaciones) e incluso soy padrino de su nieta. Con lo cual, por un lado, familiarmente y por el otro científica y profesionalmente me hizo mucha ilusión. Esto sucedió cuando yo estaba formando este grupo que he contado de las nano partículas de plata. El premio venía dotado con 350.000 pesetas serían unos 2000€ y aproveché para asistir a un congreso de coloides y nano partículas metálicas que de otra forma no habría ido.

En relación al lenguaje, ¿cree que hace falta una adaptación también del lenguaje periodístico a la ciencia?

Eso sí. Se han hecho esfuerzos a lo largo de los años, el CSIC firmó acuerdos con facultades de periodismo y venían a hacer estancias. Luego, yo creo que los departamentos de comunicación tanto de las universidades como el del CSIC confunden muchas veces la divulgación científica con las noticias de prensa…

¿Qué otras actividades, a parte del teatro, promovería usted para acercar la ciencia a la calle?

En el CSIC hay un departamento de cultura científica, cuyo jefe de área también forma parte de grupo de teatro, que cuenta con miles de actividades. Hay desde ‘Inspiraciencia’: un concurso de relatos científicos a un concurso de grafitis relaciones con la ciencia. También existe un autobús con experimentos montados que gira por toda España, hay un proyecto de llevar científicos a dar conferencias a distintas poblaciones… Después está una colección de libros que se llama ‘¿Qué sabemos de?’, yo escribí uno ‘Que sabemos de las moléculas? Cuando la luz te ayuda a vibrar’, se titula el que yo publiqué. Está hecha íntegramente por investigadores españoles, con un lenguaje accesible a todos. Y por lo que sé, la colección la están entregando ahora a todos los Institutos Cervantes.

 

 

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