Es sábado por la mañana. Faltan tres días para la llegada de la primavera y la lluvia sorprende en la Puerta del Sol a los miles de pensionistas que han salido hoy a la calle para pelear lo que, por derecho, les corresponde: unas pensiones dignas. Ni la lluvia (a veces nieve), ni el frío, ni los años a sus espaldas les han frenado en su lucha. Bajo un manto de paraguas y carteles, aguardan miles de personas que hoy dejan a un lado sus ideologías y sus banderas para centrarse en un objetivo común: la mejora del sistema de pensiones, cada vez más insuficiente y mermado por el paso de los años y las últimas leyes que han acabado por agotar la paciencia no solo de los más mayores, sino de jóvenes que ven esta realidad como un espejo de su futuro.
Los primeros datos que nos llegan hablan de que unas 15 mil personas se han concentrado en la Puerta del Sola reclamando sus derechos, entre ellas también algunos jóvenes los cuales han querido acompañar en esta lucha a los pensionistas pero en un discreto segundo plano. Sin embargo, el clamor social, el susurro a voces en el centro de Madrid aúna sus fuerzas en consignas comunes: “Fátima Báñez no nos engañes”, “Corruptos, cabrones, nos roban las pensiones”, “¡Manos arriba, esto es un atraco!”.
El ambiente que se respira es de lucha pero también de indignación, los gritos por toda una vida de duro trabajo son el eco que sacude hoy las calles colindantes a la Puerta del Sol. Entonces arranca, aunque con algo de retraso por la lluvia, la marcha. La cabecera inicia su paso hacia el Museo Reina Sofía con paso firme y entre sus filas podemos ver a defensores de la cultura como Miguel Ríos, al secretario general de CCOO, Unai Sordo, y a algunos de los líderes políticos de nuestro país como el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez o el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. La marea inunda Madrid desafiando al frío y a la lluvia (además de al Gobierno de Mariano Rajoy), a media mañana se cifra la participación en torno a las 25 mil personas.
Blindar las pensiones en la Constitución, la exigencia de una subida por encima del 0,25% que propone el gobierno popular o la mejora de las condiciones salariales para garantizar su recaudación son el principal reclamo de los asistentes. La revolución de los pensionistas continúa su paso por Madrid y a medida que avanza pensamos que el final del gobierno de la Calle Génova está más cerca. Los pensionistas suponen la cuna del voto popular, el caldero del que surgen sus gobiernos y si el principal sector del que se desprende su voto se revela ¿qué puede esperar Rajoy?.
La marcha llega a su fin en la plaza del Museo Reina Sofía y allí asistimos a uno de los momentos más emocionantes del día. Cerca de 200 organizaciones alzan su voz en representación de las miles de personas allí reunidas y se lee un manifiesto, un auténtico estallido social. “Las pensiones no pueden ser siempre un arma arrojadiza, hay que blindar las pensiones” argumenta Joaquín Pérez, secretario general de USO, cuando toma el escenario acompañado por compañeros de la MERP. “Vamos a salir todo lo que haga falta para que no se vuelvan a tocar las pensiones” añade ante el estallido de la multitud que jalea “Sí se puede”.