El aviso de emergencia suena por las megafonías del parque de bomberos de la ciudad. Pocos segundos después, equipados con sus trajes y cascos de seguridad, los bomberos suben a sus camiones y conducen hasta el lugar donde, horas más tarde, algunos de ellos caerían exhaustos por las altas temperaturas a las que tendrían que hacer frente.
La ciudad de Madrid, que puede ver desde sus calles la negrura que se levanta entorno al cielo alcorconero, aguarda expectante durante horas a que llegue el final de aquel complicado incendio. No obstante, las llamas jugaban con ventaja, pues la gran cantidad de combustible que devoraban en cuestión de segundos, hacía cada vez más difícil la labor de decenas de bomberos.
Además, esta inmensa humareda preocupaba no solo a los vecinos de Alcorcón, que fueron instados a cerrar las ventanas y las puertas de sus viviendas, sino a la Comunidad de Madrid, que realizó, a lo largo de la tarde continuos controles de la calidad del aire.
La llegada de refuerzos del Ayuntamiento de Madrid, con tanques de agua de 30.000 litros, una bomba, dos coches de mando y un camión de avituallamiento fueron imprescindibles para controlar la rebeldía del fuego incesante.
Finalmente, la medianoche del martes 13 de marzo se escribió con un final feliz. Las llamas habían cesado, los bomberos hospitalizados llegaban horas después a sus casas y los vecinos de Alcorcón volvían a respirar del aire de su ciudad sin miedo a ser intoxicados. Todos aprendíamos una lección: Trabajar en equipo es siempre, la única manera, de salir ilesos de una situación difícil.
____________________________________________________________
¿QUÉ SABEMOS DEL RECICLAJE
EN NUESTRO ENTORNO?
Vídeo de la plataforma EcoEmbed en el que se muestra el funcionamiento de una planta de reciclaje paso a paso.