Tras la victoria del Sevilla por 2-0 frente al Valladolid, Joaquín Caparrós confesó que padece “leucemia crónica”. “Sabéis que me hierve la sangre roja pero la blanca se ha picado y me ha querido equilibrar. Tengo una leucemia crónica que no me impide ejercer mi profesión. Me lo han cogido a tiempo. Estoy haciendo mi vida normal y tengo que dar las gracias a todos los jugadores", declaró el entrenador sevillista. Acompañado por el presidente del club José Castro y el director deportivo Monchi, Caparrós decidió salir a la zona mixta del estadio José Zorrilla para, además de informar sobre su enfermedad, dejar clara su intención de seguir entrenando: "No necesito ningún tipo de tratamiento y quiero disfrutar de la oportunidad que me está dando el Sevilla de volver a entrenar a mi equipo”.
Se trata de la segunda situación de este tipo a la que se enfrenta el Sevilla en los últimos años. En noviembre de 2017 el, por entonces, entrenador del club Eduardo Berizzo reconoció que tenía cáncer de próstata. Como ya ocurrió en aquella ocasión, se espera que Joaquín Caparrós continúe al frente del equipo en su lucha por lograr la cuarta plaza. Una vez concluida la temporada, será el momento de hacer balance y ver si se afronta la nueva etapa de Monchi con Caparrós en el banquillo o se busca un cambio de aires.
El club ha mostrado su total apoyo a su todavía entrenador, pero los mensajes de ánimo del resto de conjuntos y personalidades del deporte no se han hecho esperar. Desde el Betis, con quien Caparrós ha tenido siempre una relación especialmente tensa, pasando por el Barcelona, Valencia, Athletic de Bilbao o Málaga, no han dudado en enviar toda la fuerza al preparador sevillano. Algo que también han hecho entre otros, los jugadores: Iker Casillas, Joaquín Sánchez o Ibai Gómez.