Todos los estudiantes han tenido esa doble sensación de euforia y estrés la última semana de clases antes del verano; euforia precisamente porque ya llega el sol, el calor y la playa, pero, por otro lado, antes de abandonar las aulas, el estrés se hace bien presente porque, después del último día, llegan las semanas decisivas del curso, la época de exámenes, exactamente tres semanas en las que se organizan las pruebas de evaluación de cada una de las asignaturas del cuatrimestre correspondiente.